20 preguntas [J.Jonas]

XXIII

-¿Joseph? - llamó desde la puerta con voz queda

-¿Sí? - habló desde el cuarto

-He terminado

-No seas tímida, sal- río suavemente

-No pienso salir, estoy borracha y tú demasiado estúpido, dame la ropa de una vez- rezongó con voz rasposa

-Bien, bien, ya voy...

Joe se acercó y le pasó un montón de ropa, Brooke lo tomó y volvió a cerrar la puerta, observó el montículo con atención y frunció el ceño.

-¿Qué es esto? - reclamó saliendo del baño y aventando la puerta con más fuerza de la necesaria, Joseph, que ya estaba de espaldas, retirándose, la volteó a ver

-¿Eh?

-Explica esto- le puso sobre el pecho la bolsa rosa de papel

-Oh, esto- soltó una carcajada- ¿Qué tiene?

-¿Qué es- hizo énfasis- esto? No me hagas repetirlo...

-Pues, ropa interior- sonrió de lado, burlón y coqueto

-¿Qué? ¿Qué rayos...

-Es un regalo o algo así- se río, rascando su nuca

-¿Un regalo? ¿Te burlas de mí? - dijo Brooke incrédula

-Oh, si no te gusta puedes devolverlo, no sé qué tipo de ropa interior utilices, pero supongo que esa es bastante buena comparado con no tener nada para ponerte- dijo Joe, prepotente

Al momento de entregarle la ropa, Joe había incluido una bolsa rosa de Victoria's Secret que sabía tenía en algún lugar de su closet, al interior, había un pequeño bikini de tela de encaje color negro.

-¿Por qué tienes ropa interior de mujer?

-Es nueva, lo juro- se río con ganas-puede que sea de la temporada pasada, pero es útil... anda, cámbiate de una vez

-No hasta que me digas de que va esto

-Que necia eres, maldita seas- se tomó el cabello entre las manos- si lo que quieres es que te diga que solía regalarle ropa interior de mi gusto a mis parejas sexuales estables para satisfacer mi propio gusto, entonces hecho, ahí lo tienes, se llama Christina, por si te interesa saber y estudia psicología en la Universidad de Pensilvania ¿algo más?

-Yo... no...- Brooke estaba aturdida por la velocidad de su diálogo

-Bien, cámbiate entonces, te veo abajo- dijo, exasperado

Joseph salió del cuarto increíblemente desesperado por haber tenido que explicar los hechos; hacía varios meses que Joe había salido con Christina, una bonita chica que había conocido en un congreso, llevaron una relación más o menos estable hasta que Joseph terminó por empalagarse, solía regalarle lencería como jugueteo y ella la aceptaba de buena manera; a excepción de la última vez que la vio, siempre había tenido su regalo listo, pero al olvidarlo en casa de Kevin esta se quedó sin la bonita pieza que Joe había comprado y terminó en el closet del muchacho guardada con la esperanza de darle algún día un uso.

Miró su reloj, que marcaba las 11:28 de la noche, sacó un cigarrillo de la cajetilla y lo prendió, lo besó y abrió la ventana de la cocina que daba a la calle, el humo invadió la estancia y el cerró los ojos, dejando que loa nicotina lo relajara.

Estaba inclinado sobre el marco de la ventana cuando escuchó un par de pasos ligeros.

-¿De quién es el short? - preguntó una vocecita arrastrada ligeramente- este si es usado