LXII [parte I]

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—Date prisa ¿quieres? — gruñó la chica con los brazos cruzados sobre el pecho

—Ya voy— respondió de mala gana el moreno

—No tenemos todo el día— Joe la miró mal

—¿De quién fue la excelente idea de cambiar a última hora el viaje? ¿Mía? No ¿verdad? — gruñó mientras cerraba el cierre de la mochila

—Es solo una hora— se ofendió la chica sentándose sobre la cama

Brooke se había presentado en el departamento de Joseph dos horas antes de lo planeado para hacerlos partir a New York tras un pequeño descanso después del vuelo de regreso de Colorado; la casa estaba prácticamente vacía, Nick había partido a New Jersey esa misma mañana, para alcanzar a su hermano mayor y cuñada en casa de sus padres. Joseph no estaba de especial buen humor, tanto por la interrupción de la chica como por las fechas. Y, para variar, no tenía la maleta preparada.

—Una hora que perfectamente podría haber utilizado para otra cosa de no ser por tu impaciencia

—Oh, cállate ya— bufó echándose al colchón y mirando el techo

Joe rió ligeramente y se inclinó sobre ella, hundiendo las manos en la cama a cada lado de su cabeza y arrugando la nariz.

—¿Qué? — alzó una ceja

—Apestas a cigarro...— masculló, ella frunció el ceño

—¿Desde cuándo te molesta?

—Desde nunca— suspiró— he considerado dejar de fumar—añadió levantándose y sonriendo para dirigirse al baño

—¿Puedo preguntar por qué? — alzó las cejas

—¿Utilizas tus preguntas nuevamente? — se rió desde la otra habitación mientras removía cosas, se alzó sobre si misma con ayuda de los brazos sobre la cama haciendo un ángulo con ellos

—Vale— rodó los ojos exasperada— pregunta... ¿catorce? — frunció la boca ligeramente

—Quince— aclaró el chico regresando con un cepillo de dientes en la mano y una camiseta sobre el hombro

—Quince...— suspiró— ¿Por qué dejar de fumar? — Joe se alzó de hombros

—Está de más decir que es dañino para la salud— se rió

—Claro, Jonas, hablemos de tu salud— rodó los ojos

—Es veneno puro, mujer...— entrecerró los ojos

—Me encanta envenenarme...— se mordió ambos labios

—Lo sé...— metió el cepillo en la maleta y la miró— ¿en dónde vamos a quedarnos? — alzó una ceja

—Bueno...— se levantó de la cama de nuevo y se sentó en posición de indio contra la cabecera— al principio pensé en reservar en algún hotel, pero...— frunció la boca— claramente no iba a encontrar nada libre considerando los días—se alzó de hombros— así que papá me prestó el departamento

—¿Hay lugar en el maldito país en el que tu padre no tenga propiedades? — se burló dirigiéndose al escritorio y acomodando un par de libros

—Claro que lo hay— rodó los ojos

—Brooke...— suspiró poniendo las manos sobre la madera y mirando la superficie plana del mueble

—¿Sí? — preguntó despreocupadamente mientras revisaba el teléfono y hacía un pequeño puchero

—¿Quieres...? ¿Quieres ir a New Jersey? — soltó con voz ligeramente estrangulada

—Hmmm...— masculló sin ponerle mucha atención— no lo sé... sólo si tú quieres

20 preguntas [J.Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora