LXXXV

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No me moví ni un milímetro, apreté el pequeño cuerpo de Brooke entre mis brazos y contuve la respiración, rogando que nada me delatara.

Miré en todas las direcciones que pude, buscando un escondite, nada. El rayo de luz pasaba entre las ramas de los arbustos y brillaba en la nieve, me mordí los labios para evitar emitir algún sonido, a pesar del frío podía sentir el sudor resbalarse sobre mi frente.

Me levanté con mucho cuidado, esperando no hacer ruido, sobre mis rodillas y luego, con mucho esfuerzo, en cuclillas; me aseguré de que el cuerpo de Brooke estuviera bien sujeto y comencé a rodear el árbol, con la esperanza de que el tronco me cubriera. Todo me traicionó.

El aire cesó de soplar entre las copas y el silencio reveló mi ubicación cuando, sin querer, mis pies tronaron las ramitas que había debajo y éstas crujieron con fuerza, me petrifiqué y me dejé caer al piso lentamente, deslizando mi espalda por la madera, provocando que el cuero se maltratara.

—¡Hey! —exclamó un hombre, cerré los ojos con fuerza y me encogí abrazando a mi pequeña e inconsciente compañera

—No...— murmuré muy bajo

Los pasos se acercaron a mí con más rapidez, apreté el cuerpo de Brooke, su sangre caí lenta al piso, pasando por mi ropa. Sus pasos se detuvieron a dos metros de mí, pude sentir la luz de la linterna encima, escondí la cara en el cabello de Brooke.

—Jonas...— susurró una voz de hombre, mis músculos se tensaron y mi estómago se contrajo

Sus pasos avanzaron hacia mí y mi respiración se volvió pesada, era el fin, las lágrimas comenzaron a caer sobre mis mejillas, comenzaba a lamentarme profundamente no poder hacer nada. Mantenía la presión sobre la pierna de Brooke, pero podía sentir como su cuerpo poco a poco perdía calor, escuché los ruiditos que emitía una radio que seguramente tenía él.

—Aquí están— confirmó

Apreté los ojos esperando el impacto de bala, sin alzar la vista y, de pronto, como si algo me hubiese iluminado, recordé que Brooke llevaba un arma en la parte trasera del pantalón, entre la tela y la piel de su espalda. Entreabrí los ojos, deslicé con cuidado el brazo y solté un poco mi abrazo cuando escuché que dio dos pasos hacia atrás y milagrosamente la alcancé.

Jamás en la vida había utilizado un arma, pero supuse que no sería difícil, sabía diferenciarlas y sabía que Brooke llevaba una automática, así que no era necesario andar moviendo demasiado el objeto, era cuestión de quitarle el seguro. A esas alturas ¿qué más daba lo que hiciera?

Metí la mano a su pantalón y me encontré con su ropa interior y una camiseta, jalé despacio el dispositivo y contuve el aire. Era más pesada de lo que creía, o quizá era que así la sentía mi mano.

—Jonas...— murmuró el hombre acercándose de nuevo, apreté los dientes

—No te acerques...— mascullé con voz ácida y cortada por el frío, no había notado que temblaba copiosamente

Escuché la interferencia del radio, abrí los ojos. Mis pupilas se movieron como locas intentando ajustar la poca luz que había que provenía de la linterna que estaba tirada en el piso, no reconocía nada, no sabía como había llegado hasta ahí.

—Joseph...— comenzó a decir él

Solté a Brooke de sopetón, dejando que su cuerpo cayera a mis pies y me levanté provocando que mis rodillas reclamaran automáticamente, alcé el brazo y lo apunté, sin tener idea de lo que hacía; la mano me temblaba descontroladamente y las lágrimas volvían a empaparme la cara en silencio, apreté los dientes.

20 preguntas [J.Jonas]Where stories live. Discover now