Prologo: Destino de un omega.

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La sociedad Alfa-Beta-Omega era regida por extensos y minuciosos protocolos que van desde diplomáticos, escolares, profesionales, sexuales, hasta médicos.

El omega en ese momento se encontraba en uno de ellos, específicamente el último, Yuuri Katsuki; quien a sus quince años estaba siendo examinado por el médico frente a él, puesto que había terminado su primer celo hacía una semana y esto, le convertía en un «adulto» dentro de la sociedad.

Ahora, eso solo aplicaba si de buscar pareja se tratara. Además de otras responsabilidades, a partir de ese día, las leyes hacia los omegas entrarían en vigor en su persona.

Suspirando pesadamente, Yuuri repasaba una lista mental de todo: debía traer siempre consigo supresores para sus feromonas; aun cuando no estuviera en riesgo de celo, puesto que en ocasiones, podrían presentarse repentinos cambios hormonales frente a alfas con presencia fuerte; así como su «destinado», el cual ejercería especial influencia en ellas.

Esto no solo era por los embarazos indeseados sino también para preservar el orden social. Si un omega «sin estar marcado» entraba en celo en medio de la calle, produciría un completo descontrol, por lo que éste y su familia tendrían que pagar por los problemas que esto ocasionara.

Por otra parte, el código genético de Yuuri sería ingresado a una base de datos mundial, donde se verificaría la compatibilidad con otros alfas y así, poder procrear una descendencia exitosa, puesto que el «cruce» no siempre era favorable, a pesar de la gran fertilidad que un omega podía tener.

Incluso con una alta tasa de embarazo múltiple, su gestación era delicada. Si sus genes no eran del todo compatibles con la de su pareja «así como inmaduros acorde a la edad», sufriría de constantes abortos y estrés emocional.

Con el paso del tiempo se dieron cuenta del problema estudiando varios casos de concepción hasta su término; de cómo los alfas y omegas reaccionaban entre sí y que aparte del uso de las feromonas, descubrieron que las relaciones especialmente prolíferas y equilibradas, son las llamadas parejas «gamma» por su fuerte conexión psíquica, pero descritas románticamente en la literatura como «Uniones destinadas», aquellos que eran los más perfectamente compatibles genéticamente, además de reaccionar de forma instintiva entre sí, asegurando una descendencia exitosa del noventainueve por ciento.



—Tome, Yuuri-kun, en esta receta se encuentra su dosis de supresores para éste mes, en caso de necesitar más, informe a servicios sociales para un aumento de dosis y se le agendará una cita para el ajuste de la misma, el primer año a veces suele ser difícil —sonrió con amabilidad aquel hombre.

—Gracias... —soltó Yuuri con resignación puesto que odiaba no ser dueño de su cuerpo, nunca creyó que el celo era algo tan temible hasta que lo vivió.

—También anexaré una referencia médica para el ingreso al bachillerato —comenzó a teclear en su computadora el médico

—Sí, gracias —expresó Yuuri.



El bachillerato, otro protocolo más.

Los estudios eran iguales para alfas, betas y omegas hasta el inicio de la secundaria, donde los dividían por género ante posibles celos tempranos; puesto que algunos se presentan en un promedio entre los trece a quince años y era entonces, donde las materias comenzaban a cambiar.

Dulce ViktorWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu