Capítulo 28: Desarrollo Velado

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Las mañanas se volvían cada vez más cálidas, la primavera estaba por terminar, el viento frío ya no calaba en su rostro como antes, era más bien agradable. Suspira profundamente, impregnándose con el recuerdo de su esposo, debe admitir que ha sido difícil para él llevar la situación, Viktor se ha comportado con peculiaridad, pues aceptó sin mucha insistencia el alejarse un poco de él, han dormido en habitaciones separadas y cada vez siente que ya no puede conciliar el sueño sin su calidez, Vicchan se ha mantenido fiel a su lado mientras Makkachin parece nervioso, se niega a compartir lecho con el Nikiforov pero tampoco entra a la alcoba principal, termina durmiendo en el pasillo cerca de su puerta, es algo que simplemente no comprende.

Extraña a Viktor, quiere sentirle a su lado, empalagoso y protector, pero verlo le provoca un sentimiento confuso, lo ama, de eso no tiene ninguna duda, pero saber de las espantosas acciones que mencionó, que cargó con todo aquello solo por tanto tiempo, le hace sentir incomodo, nunca imaginaría que ese dulce hombre tuviera un episodio tan turbio. Y lo comprende, ahora sabe por qué le aterra tocarle, salirse de control, también el más allá de sus constantes disculpas por dejarle marcas en su piel, por tomar tantos inhibidores de vez en cuando, sus miradas tristes a la nada, la constante preocupación por confortarlo.

El día anterior fueron juntos con la terapeuta, hablaron de sus circunstancias, ambos tienen un profundo sentimiento de soledad, necesitan volver a pasar tiempo en pareja. Viktor expresó sus inseguridades, el cómo quiere hacer las cosas de forma correcta, aceptaría lo que Yuuri quiera para volver a empezar, no pudo hacer más que llorar al escucharlo, abrumado y con suma emoción aceptó, pero después de ello no sabía el cómo iniciar, debían reencontrarse otra vez, la luna de miel sería perfecta para ello y su marido se puso en marcha casi de inmediato para buscar un lugar adecuado. Todo fluiría bien en condición de evitar enlazarse precipitadamente, ya que se comprometieron a descubrir de nuevo como ser pareja, no permitirían a sus problemas ser más difíciles de tratar con una marca fresca, pues el razonamiento alfa -omega sólo giraría en torno al bien de su naturaleza y reproducción.

Por ello justo ahora se encuentra frente al edificio de NK Corp, sofisticado y majestuoso, le intimida con su sola presencia, pero no existe vuelta atrás, toma aire y por fin ingresa al lugar. Esperó por más de cuarenta minutos en recepción hasta que un asistente fue a recogerlo, subieron varios pisos por el elevador, caminó por pasillos y al final logró llegar a la ostentosa oficina de la matriarca de los Nikiforov.



– Yuuri, buenos días, es una sorpresa tenerte por aquí, toma asiento –sonríe entrelazando las manos sobre el escritorio e inmediatamente reconoce ese gesto, Viktor suele hacerlo cuando se siente importunado.

– Gracias –asiente tomando la sugerencia-, no le quitaré mucho tiempo.

– ¿Sobre qué tema quieres hablar?

– Es Viktor –comienza.

– ¿Ha pasado algo malo entre ustedes? –le ve con atención, levanta una ceja.

– No necesariamente, el me habló de su primer celo –soltó con seriedad observando como el impecable rostro de la mujer mermaba en uno más rígido.

– ¿Es así? –desvía los ojos con desgana, mueve con su índice el péndulo de una de las figuras que adornan su lugar de trabajo.

– Sí, quería preguntarle unas cuantas cosas –frunce las cejas con determinación.

– ¿Quieres divorciarte o me preguntarás por los bastardos? –vuelve su vista a él y es sumamente pesada.

– ¿Entonces Viktor si...? –no puede terminar la frase, siente un dolor en la boca del estómago.

Dulce ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora