Capítulo 27: La maldición de los Giacometti

1.7K 253 271
                                    


En ocasiones el peso de las palabras es tan grande que soltarlas genera un gran alivio, Viktor ha cargado a cuestas con muchas responsabilidades y secretos, aprendió a fingir seguridad, actuar como alguien quien no era para no preocupar a los demás, para ser merecedor de la aprobación de su madre. Pero ahora por fin podrá compartir ese dolor y angustia que guarda en su pecho, tan sólo espera que su esposo le sepa escuchar sin juzgar sus acciones del pasado.



-Sé que quizás al principio no parezca tener sentido pero es necesario contarte la historia desde el principio –conecta sus ojos con los castaños.

-Claro –asiente enfocando toda su atención en él.

-Como sabrás papá es un Giacometti, sé que tú no conoces quienes son pero tienen gran fama en Europa, es un clan que se ha mantenido puro por generaciones, pero si recuerdas tus clases de historia los segundos géneros fueron aceptados por la comunidad científica hace poco más de ciento cincuenta años, fueron tiempos difíciles para mis antepasados cuando la "homofobia" era el pan de cada día.

-Es verdad, todavía en sus comienzos muchas personas no aceptaban a los alfas y omegas –agrega.

-Mis bisabuelos huyeron de Italia buscando un mejor futuro para sus hijos, mi bisabuelo estaba embarazado de su segundo hijo y los betas de la época comenzaron a sospechar de que algo andaba mal, aunque eran hombre y mujer tuvieron a su primogénito sin nunca ver en cinta a mi bisabuela, para ellos eso era una aberración, comenzaron a tratarles mal y amenazarlos.

-Eran muy ignorantes, eso ahora es tan común –dice con cierta impotencia de imaginarlo.

-Se refugiaron en Francia con un amigo de mi bisabuela, vivieron varios años en paz siendo responsables de uno de los viñedos de aquel hombre, la familia creció, pronto los cinco cachorros eran prácticamente unos adultos, mi abuela cumplió dieciséis años y el hijo del dueño se enamoró de ella, le pidió matrimonio sin siquiera llevar una relación formal, ella aceptó sintiéndose comprometida por ser protegidos por tanto tiempo allí.

-Tan joven...

-Así es, ella no lo amaba pero estaba muy agradecida, además era raro encontrar a un alfa como pareja en aquel entonces, pero el destino es caprichoso –suspira-, intentaron tener hijos sin mucho éxito y su esposo perdió el interés en ella creyendo que no era buena para tener cachorros cuando en realidad no eran compatibles.

-Por eso se creía que alfas y omegas eran estériles, tardaron tanto en descubrir que no era eso –menea la cabeza.

-Un día cuando mi abuela paseaba por los largos viñedos encontró a un campesino cosechando las uvas, fue allí que lo encontró, su gamma, no pudieron evitar un romance y siendo tan descuidados fueron descubiertos por su esposo, al contrario de recriminarle se burló echándole en cara los "sucios hábitos de la familia".

-¿Cómo es eso?

-Los Giacometti tienen una "maldición", es normal que por lo menos una pareja por generación tengan destinados del mismo género, mi abuelo era otro omega y fue cuestión de tiempo para que papá naciera, no es que él tenga un trastorno hormonal, simplemente no puede controlar su naturaleza pura, los alfas le persiguen ya que su olor es extremadamente llamativo, por lo que tiene que usar colonias que lo oculten, supresores e inhibidores todo el tiempo, sus celos son tan intensos que pierde la conciencia por días, han estudiado la sangre de mi familia y no han encontrado él porque nuestra genética se encapricha en ello.

-Entonces tú... -sus ojos se abren por la impresión.

-No, yo soy un alfa –sonríe con tristeza-, pero no siempre fue así.

Dulce ViktorWhere stories live. Discover now