Capítulo 24: Cambios y ¿Un cachorro?

2.3K 268 182
                                    


Moscú es una ciudad muy cálida, su gente y clima son un tanto más templados que en San Petersburgo, tan alejada del mar báltico con su fría brisa marina, es incluso, agradable pasear sin llevar numerosas capas de ropa encima. Yuuri camina embelesado, admirando la plaza roja del brazo de su pareja, con cierto adolescente renegando a un par de metros delante de ellos, habían sido botados ahí, originalmente toda la familia Plisetsky se dedicarían al turismo aquel día, sin embargo, Antoine fingió sentirse mal a la perfección para preocupar al sobreprotector de su alfa, llamando de "emergencia" a las niñeras para cuidar de los cachorros, pero insistiendo en que su querido yerno no podía desperdiciar el momento, mandando a sus hijos mayores a cumplir tan ardua tarea, un plan perfecto según el francés.



-¿Estás seguro que te encuentras bien? –recuerda de repente, volviendo la vista al ruso mayor.

-Sí, de verdad lo siento por eso –se disculpa con vergüenza.

-N-no, no sabía que eso pasaría –detiene su andar-, yo...

-Yuuri –con su índice levanta con suavidad la barbilla del japonés-, te prometo que lo resolveremos –sus ojos muestran remordimiento-, si es por ti... podría volver a terapia, no tuve problemas hasta hace poco y no puedo seguir así, cuando parece que estamos avanzando, lo termino echando a perder, quiero formar un hogar feliz a tu lado.

-Viktor –su mirada entristece- ... no lo sé... es decir –suspira-, también quiero formar un hogar a tu lado, es sólo que creo he sido muy precipitado, insisto tanto que no me percato cuando ejerzo demasiada presión en ti.

-No importa –le toma de las mejillas-, eso no importa, me estas ayudando a enfrentar mis miedos y estando juntos en esto podremos superarlo, mi mayor deseo es –se detiene unos segundos, titubeante, trasmitiendo a través de sus pupilas un sinfín de sentimientos e inseguridades-... que cuando todo esto pase sigas a mi lado.

-Eso es absurdo Viktor –frunce las cejas.

-¿Cómo? –de repente su rostro se crispa.

-Es absurdo que pienses que no me quedaré contigo –sonríe.

-Yuuri~ –pronuncia con ilusión en su voz, refleja la inmensa dicha en su semblante- te amo -besuquea al japonés en un arrebato.

-¡¡Dejen de comerse la boca cada tres segundos!! –les interrumpe el rubio.

-Perdón Yuri, es que amo mucho a mi esposo –expresa, aun sosteniendo al mencionado entre sus brazos.

-¡Viktor! –se queja enrojecido sin apartarlo.

-Son asquerosos, por lo menos deberían abstenerse de hacer éste tipo de cosas en público... o ¡Frente mío! –refunfuña.

-Yuri, ya lo entenderás cuando encuentres a tu gamma –sus labios forman un corazón.

-No necesito de esas tonterías, estoy muy bien, gracias –responde mordaz.

-¿Entonces por qué aceptaste encontrarte con tu delta? –su tono de voz cambia a uno bastante serio.

-¡Eso no te importa! –suelta con indignación, dándole la espalda, comienza un ligero andar huyendo de la situación.

-¡Yuri! –una sutil fragancia ahumada emana de él.

-Viktor –lo detiene al verlo decidido a seguirle-, creo que debes darle algo de espacio a tu hermano.

-Es un cachorro, Yuuri, no sabe lo que está haciendo –bufa, retomando la caminata.

Dulce ViktorTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang