Capítulo 10

33.1K 2.6K 314
                                    

Había tomado una ducha algo larga para calmar mi cuerpo y mis pensamientos, sorprendentemente funcionó ya que cuando salí con una toalla cubriendo mi cuerpo mojado no sentía la presión sobre mis hombros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había tomado una ducha algo larga para calmar mi cuerpo y mis pensamientos, sorprendentemente funcionó ya que cuando salí con una toalla cubriendo mi cuerpo mojado no sentía la presión sobre mis hombros. Eché un vistazo a la ropa que había traído en el bolso sin conseguir exactamente lo que quería, sentada en la cama miré mi celular vibrar en la almohada, lo tomé mirando la llamada entrante, era un número desconocido, bueno, no tan desconocido. Decidí ignorarlo levantándome mientras caminaba a mi antiguo armario, suspiré sonriendo con algo de ironía luego, supongo que ahora los papeles cambian, ¿Quién busca a quién ahora, JungKookie? Antes de poder pensar en lo sucedido en el avión preferí distraer mi mente echando un vistazo a los vestidos que tenía allí.

— Veamos—revisé algunas prendas dejando algunas sobre la cama, esas que ya no me quedaba o usaba, podía donarlas o dárselas a alguien quien realmente las necesitara. Al final acabé vistiéndome con unos Jeans negros desgarrados un poco en los muslos, blusa azul oscura de tirantes, chaqueta de cuero y botines negros. Al tener el cabello mojado lo dejé suelto para que se secara por sí solo, acomodé mi flequillo sonriendo un poco a mi reflejo. Recogí mi celular guardándolo en el bolsillo saliendo de mi cuarto, papá esperaba en la puerta junto a mamá. Ambos sonrieron al verme.

— Me encanta como te queda esa blusa, resalta mucho en ti—comentó mi madre con una sonrisa dulce—Abrígate bien, las noches suelen tener mucho viento.

— Lo tendré en cuenta—asentí subiendo la cremallera de mi chaqueta— ¿Listo, papá? —lo miré y este asintió.



El restaurante de mis padres era uno donde podías encontrar todo tipo de platos, ya sea comida del mar, vegetales, platos extravagantes, platos exóticos o platos simples que podrías preparar en casa. Lo primero que noté fueron las paredes blancas que antes eran rojas, el letrero incluso había cambiado, sus letras se encontraban entre azules y grises con el fondo blanco, el estacionamiento estaba lleno, en cuanto entramos noté que todas las mesas estaban llenas. Me gustaba verlo así ya que dejaba en claro que el esfuerzo de mis padres no era en vano, las mesas eran de madera, las sillas tenían un acolchonado blanco que resaltaba, la barra con todo tipo de bebidas estaba algo llena también, el personal del restaurante se alegró al verme, siempre había existido un respeto por parte de todos. Estar en la caja me causó nostalgia además de recuerdos, cuando por primera vez atendí las mesas me costaba memorizar todo, tomaba nota de lo más mínimo y por los nervios en la cocina no entendían mi letra después.

— Cambiaste los colores—dije. Era lo que más se notaba, luego estaban algunos cuadros o diseño del menú, cosas pequeñas, bueno, el lugar de la caja era diferente, antes estaba cerca de la cocina ahora estaba cerca de la puerta y había un sistema electrónico que papá tuvo que enseñarme a manejar. Pillé el truco a los minutos entendiendo como cobraban los pagos o atendían las mesas— ¿Puedo hacerlo por hoy? —pedí mirándolo con cierta ilusión—Atender las mesas.

— Creí que me ayudarías con la caja...

— Por favor—pedí. Suspiró rodeando los ojos, sonreí deshaciéndome de mi chaqueta dejándola junto a él, tomé la tablet para guardar los pedidos y simplemente me acerqué a los clientes que llegaban, había tres personas haciendo lo mismo que yo, dos chicos y una chica mayores que yo. Imité sus movimientos con la tablet, marcaba los pedidos y de inmediato se enviaba el pedido a la cocina donde el chef principal los veía a la perfección en una pequeña pantalla. Algunas personas me reconocieron y se alegraron al verme, realmente tenía casi dos meses que no venía a Busan, siempre que venía regresaba a la triste realidad cuando debía irme.

Cuando me acerqué a la caja unas horas después, mi padre sonreía más de lo normal.

— Ella quiero presentarte a mi mejor cliente.

— ¿Ya llegó?

— Así es, hace un minuto, está con su esposa y sus dos hijos—tomó mi mano—Ven.

Papá lucía tan contento que me parecía extraño que fuera por sólo un cliente. Estiré mi blusa acomodándola rápidamente, nos detuvimos en una mesa cerca de las ventanas y en cuanto nos miraron borré la sonrisa. Esto tenía que ser una jodida broma.

— Señor Jeon, disculpen—hizo una pequeña reverencia mientras mis ojos estaban fijos en el chico de mirada oscura y cabello castaño. A su lado había un muchacho más joven que él con una leve similitud, suponía que era el hermano—Señora Jeon—continuó. La mujer sonrió un poco mirándonos, respiré profundo tomando mis manos detrás de mi espalda, debo lucir amable por mi padre—Les presento a mi hija Kim Ella.

— ¡Oh! De ella es quien tanto hablas—sonrió el hombre. Tenía la misma sonrisa de JungKook, pero al menos la suya no era de arrogancia o picardía sino más bien cálida—Un gusto conocerte, Ella.

— El gusto es mío, señor—hice una pequeña reverencia en señal de respeto y cortesía.

— Vaya, eres una chica muy hermosa—prosiguió la mujer. Sonreí un poco no muy cómoda—Tu padre nos dijo que estás estudiando en Seúl.

— Así es, vine ayer para visitar a mis padres ya que suelo estar muy ocupada—comenté apretando mis muñecas aún más.

— Lo entiendo, mi hijo JungKook también llegó ayer y está muy ocupado con la universidad—señaló el hombre. Su cabello era tan castaño como el de sus hijos—También estudia en Seúl. Te presento a Jeon JungKook y Jeon Jung-Hyun.

— Un gusto—el menor lucía tan incómodo como yo.

— Que sorpresa verte, Ella.

"Maldito JungKook, eres un..."

— ¿Se conocen? —preguntó mi padre tan sorprendidos como la pareja.

— Claro que sí, Ella es muy amiga de Jiminie—sonrió con malicia. Conocía ese brillo pícaro en sus ojos, no tardó en mirarme de pies a cabeza, me limité a fulminarlo con la mirada. ¿Enserio tenían que ser ellos los clientes excelentes de los cuales mi padre presumía o era una cruel broma del destino? El recuerdo del avión vino a mi mente, tragué con dificultad sabiendo que mis padres me odiarían si supiera lo que estuve haciendo en Seúl, ¿Acaso los padres de JungKookie sabían algo de su hijo mayor? ¿Cuántas mentiras le habrá dicho el chico? —Una de sus amigas conoce a los chicos así que ahí nos conocimos, pero no pudimos conversar mucho.

— Oh, la familia Park es muy amable—miré al padre de familia—Dime, Ella, ¿Mañana estarías disponible?

— No lo creo, debo tener todo lis...

— Claro que sí—papá me interrumpió. Lo miré extrañada, ¿Qué tenía en la cabeza? —Su vuelo sale por la tarde así que tiene la mañana libre.

— Pero quería estar con ustedes antes de irme...

— No te preocupes, podemos invitar a tus padres a nuestra casa—sonrió amablemente—Haremos un almuerzo para despedirnos de JungKook y podrías unírtenos, antes de que desaparezcan por otro largo tiempo podríamos celebrar un poco.

— Es una excelente idea, papá—miré al chico que al parecer de la noche a la mañana se había vuelto muy conversador. El muy idiota estaba disfrutando la escena—Además, Ella, me encantaría mostrarte nuestra casa.

Por alguna razón aquello lo encontré con doble sentido, JungKook era un chico muy...complicado pero interesante, su concepto de mostrar era muy diferente al mío así que honestamente no sabía que esperar.

BabyGirl +18 (JEON JUNGKOOK) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora