Jeon JungKook es parte de un negocio, él y sus amigos formaron ese negocio donde deben complacer cualquier cosa que su cliente requiera (especialmente chicas dispuestas a pagar cualquier cosa)
Kim Ella lo conoce y sus problemas comienzan cuando part...
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Negué con la cabeza convenciéndome de que no podía ser él, hasta donde yo sé, SeokJin y NamJoon no aparecen, los chicos creen que trabajan para la madre de JungKook, pero siendo honesta, no me creo eso. Algo me dice que esa noche cuando Nam y Jin parecían discutir, uno de ellos dos ya sabía qué pasaría, uno de ellos dos alertó al otro, por eso se habrán ido minutos antes del ataque o era lo que me decía mi teoría, nunca se sabe.
Mi celular sonó, lo tomé sacándolo de mi bolso, respiré profundo rechazando la llamada de JungKook. Cuando volví a levantar la vista, esa persona ya no estaba.
De regreso a casa, Hoseok me había llamado, el chico comentaba qué pensaba de colores pasteles para la ropa del bebé al menos mientras no sepa su sexo. Insistí diciéndole que esperara, quedaban cinco meses más, pero él se negaba a escuchar, Hobi tenía en mente comprar las primeras prendas del bebé, el chico realmente se escuchaba entusiasmado. Cuando bajé del taxi al pagar, noté que del otro lado de la acerca había un auto estacionado, éste era negro, entrecerré mis ojos ladeando mi cabeza, aquel vehículo me parecía muy conocido pero bueno, en aquel vecindario muchas personas tenían autos. Al darme la vuelta sacando las llaves de mi madre di un respingo al notar el chico de cabello oscuro que estaba sentado en las escaleras de la entrada, claro, por eso el auto.
Sabía que era muy parecido al que tenía JungKook.
— ¿Qué haces aquí? —pregunté al estar cerca. El chico vestía con unos Jeans, botas negras, camisa blanca y una chaqueta de cuero, se veía terriblemente bien.
— Ya que no respondes mis llamadas creí que sería mejor venir a verte—contestó. Respiré profundo acomodando mi bolso mirando alrededor y luego a él— ¿Cómo te has sentido?
Quise ser sarcástica por esa pregunta, pero honestamente no quería discutir de nuevo.
— Estoy algo cansada, será mejor que...—me fijé en su nariz. Exactamente en el puente de su nariz— ¿Qué te pasó? —quise tocarlo, pero me rehusé. Había un moretón en esa parte, se notaba algo inflamado y reciente, ¿Quién lo había...? —Oh, Dios, Jimin.
— Vine a hablar contigo...—se levantó.
— ¿Él te golpeó por mi culpa? No debí decirle nada—negué con la cabeza—Lo siento.
— Eso no importa ahora, ¿Podrías escucharme? —pidió. Lo miré con duda de pies a cabeza.
— Si vuelves a gritar te echaré de la casa de mi madre...
— No lo haré—prometió. Asentí pasando a su lado subiendo los escalones para abrir la puerta—Oh, ¿Puedes esperarme un momento? Te traje algo, bueno, no es para ti es para el bebé—dijo sorprendiéndome. Lo miré como si fuera un bicho raro.
— ¿Le trajiste algo al bebé?
— Hace una semana lo había visto, sé que no sabemos que será, pero...creo que le servirá sin importar que sea—explicó sonriendo de lado—Lo tengo en el auto.
