Jeon JungKook es parte de un negocio, él y sus amigos formaron ese negocio donde deben complacer cualquier cosa que su cliente requiera (especialmente chicas dispuestas a pagar cualquier cosa)
Kim Ella lo conoce y sus problemas comienzan cuando part...
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— Vacilaste.
— ¿Cómo quieres que no vacile si apareces...—me hizo girar—...así?
— ¿No te gusta? —fingí estar desilusionada—Iré a cam...
— No—me jaló hacia él robándome un beso subido de tono, acarició mi cintura haciéndome caminar lentamente, mis manos se ocuparon de su camisa desabrochando aquellos botones, antes de que él me hiciera caer en la cama fui más rápida y lo empujé primero quedando así sobre él. Noté la sorpresa en su mirada, sonreí con algo de picardía subiendo y bajando mis manos por su abdomen marcado.
Dejé su camisa caer al suelo al quitársela por completo, coloqué un dedo en mis labios indicándole que guardara silencio, sonrió recostando su cabeza de la cama, repartí besos desde su pecho hasta su abdomen, su piel era tibia y mis labios sintieron cosquilleos ante ello, recordé las muchas veces que él hacía eso, era algo simple, pero sentía mis mejillas completamente rojas porque no acostumbraba a hacerlo y fue peor cuando me encontré con la mirada de Kook.
— ¡No me mires así!
— Te ves muy bien así.
— JungKook—reproché.
— Y ese sonrojo luce muy bien con ese color negro—intentó deshacerse del vestido, pero detuve sus manos—Ella—ahora fue él quien reprochó.
— Déjame hacerlo yo misma esta noche.
— ¿Y yo debo mirar nada más?
— Tú...—di un corto beso a sus labios—Puedes disfrutar—mordí su labio inferior. Sonrió de lado alcanzando a besarme, sólo me bastó mover mi cintura un poco para saber que tan excitado estaba, JungKook realmente era muy... ¿Sensible a estas cosas? Intentando desabrochar su pantalón sentí sus manos ir a mi cintura, tuve que detenerlo de nuevo mirándolo no muy contenta.
— ¿Quieres que te ate a la cama para que obedezcas? —levanté una de mis cejas.
— No eres capaz.
— ¿Quieres ver? —reté.
— Quieres torturarme en nuestra luna de miel—se quejó, pero besando mi cuello— ¿Cómo quieres que me controle si apareces usando esto? —apretó mi trasero y dejé salir un suave jadeo.
JungKook no se quedaría quieto.
No fue fácil, pero lo hice, entre besos distraje a Kookie alcanzando a atarlo con su propia camisa, el pobre no se dio cuenta porque según él, yo no era capaz de hacerlo. Quería hacer algo distinto, quería complacer a mi esposo esta vez.
JungKook incluso tenía los ojos cubiertos, eso lo colocaba más ansioso, lo sabía porque su respiración era fuerte y algo agitada, me atreví a hacer lo que nunca antes había hecho. Primero moví mi mano de arriba abajo en su miembro recordando cómo él me había enseñado, por su pecho ya notaba las mordidas que iba dejando y siendo honesta me encantaba, escuché uno y otro jadeo de parte del chico, él intentaba soltarse y no lograba hacerlo.
