Jeon JungKook es parte de un negocio, él y sus amigos formaron ese negocio donde deben complacer cualquier cosa que su cliente requiera (especialmente chicas dispuestas a pagar cualquier cosa)
Kim Ella lo conoce y sus problemas comienzan cuando part...
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Desperté por la mañana con las sábanas cubriéndome, debajo de éstas no tenía nada de ropa, estaba completamente desnuda, algo somnolienta giré en la cama encontrándome sola, levanté la cabeza un poco intentando escuchar algo, pero había mucho silencio. Restregué mis ojos negándome a creer que el idiota de JungKook sólo había conseguido lo que quería y se había ido, mi malhumor ya amenazaba con aparecer desde temprano pero antes de siquiera incorporarme la puerta se abrió dejándome ver a un chico quien traía una bandeja con el desayuno. De inmediato me sentí mal por haber pensado que se había ido sin más después de lo de anoche, JungKook sonrió de lado dejando la bandeja en la mesa de noche sentándose a orillas de la cama, no traía su camisa por lo cual su torso iba desnudo, sus pantalones ni siquiera iban abrochados, noté algunas marcas que había dejado anoche por su cuello, regresé mi atención a la bandeja suspirando.
— ¿Sabes que tendrás que traerme el desayuno a la cama todos los días? —bromeé.
— No tengo problema con eso—se encogió de hombros. Me apoyé en mi codo mirando la comida.
— Tú y Jimin realmente quieren verme rodar, eso es mucho para mí.
— No te preocupes, traje el desayuno de ambos—acercó la bandeja y le dejé espacio. Me levanté quedando sentado cubriendo mi pecho con las sábanas. Mi cabello era un desastre por completo, pero al chico parecía no importarle, pinchó algunas frutas con su tenedor y las acercó a mi boca, cuando fui a aceptarlas alejó el tenedor—No juegues conmigo—advertí.
— Lo siento—sonrió burlonamente. Cuando abrí mi boca para recibirlas volvió a retroceder, golpeé su brazo escuchando su risa.
— Ya no quiero, prefiero alimentarme yo sola, gracias—tomé otro cubierto probando los panqueques que había hecho, ahí hubo otro problema, JungKook bajaba mi muñeca impidiéndome comer, a él le divertía verme exasperada— ¡Jeon JungKook!
— Que linda, te sabes mi nombre—dio palmaditas a mi cabeza como si fuera una mascota a la que estuviera felicitando.
— ¡Vas a hacer que me enoje contigo!
— ¿Si te beso se te pasa el enojo?
— Si me alimentas puede que se me pase el enojo—corregí—Tu hijo y yo tenemos hambre.
— Te aseguro que el bebé se está riendo de esto—llevó el tenedor con el trozo de panqueque a mi boca. Por fin pude sentirlo y estaba delicioso, JungKook no era tan mal cocinero, el chico era bueno, pero no excelente en la cocina.
— El bebé sufre con esto.
— No, él ríe con esto.
— Soy su madre, tenemos más conexión y soy yo la que cargará con él nueve meses...—JungKook me interrumpió dándome otro bocado.
— Y soy yo quien soporta todos los cambios de su madre que él provoca.
— Te aprovechaste de mí anoche—lo miré comer un poco.
