Jeon JungKook es parte de un negocio, él y sus amigos formaron ese negocio donde deben complacer cualquier cosa que su cliente requiera (especialmente chicas dispuestas a pagar cualquier cosa)
Kim Ella lo conoce y sus problemas comienzan cuando part...
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— Te dije que esperaras abajo—dije mirándolo.
— Estabas tardando mucho—se acercó ayudándome con la ropa siendo más rápido que yo.
— ¿Ella? —Sook tomó mi muñeca. Por primera vez me sentí algo triste de verla así, intenté no dejarme caer allí con tantas cosas que tenía en mente en ese momento. Respiré profundo abrazándola.
— Prometo contarte todo al volver—susurré—Váyanse ahora.
Esta vez obedecieron sin mirar atrás, JungKook estaba siendo poco delicado al guardar mis cosas, contuve las lágrimas sintiéndome el doble de cansada y confundida, todo estaba siendo muy repentino, todavía había cosas que no me quedaban del todo claras. Un fuerte mareo me hizo tomar asiento en la cama, toqué mi frente sintiéndome no muy bien.
— ¿Ella? —escuché la voz del chico tan lejana—Oye, no te desmayes ahora.
— No me siento bien.
— Mierda—gruñó bajando las maletas ya listas de la cama. Tomé mi bolso colgándolo en mi espalda, JungKook me ayudó a salir de la residencia bajo las miradas de algunas, entre esas Sook y Kumi, apenas movía mis piernas, me sentía muy mareada, Jimin llegó en el auto, JungKook se aseguró de que subiera primero mientras el guardaba las cosas en la parte trasera del auto.
Y allí sentada en el asiento detrás de Jimin mirando la residencia sentí caer inconsciente.
— ¿Realmente crees que estamos haciendo lo correcto? —escuché decir a Jimin.
— No iba a dejarla sola.
— ¿Ahora te preocupas por ella? —me pareció notar el sarcasmo en su voz.
— Siempre me he preocupado por ella—ahora JungKook se escuchaba molesto—Si no lo hubiera hecho, desde un principio sería distinto.
Seguía con mis ojos cerrados, parte de mi cuerpo no había despertado del todo, una parte de mí seguía dormida y la otra despierta, no sabía dónde estábamos o si seguíamos en el auto, pero si sabía que las dos personas que hablaban con ese tono serio e impotente eran Jimin y JungKook.
— ¿Lo dice el idiota que no sabía qué hacer con una virgen?
La tensión creció en medio de ese silencio.
— ¿Qué tenías en la cabeza esa noche en el club? —quiso saber. El tono frío del castaño me hizo sentir algo preocupada, ¿Y si esos dos peleaban allí y yo no podía hacer nada? Quise moverme sin llamar la atención, pero preferí quedarme quieta—No me digas que fue el alcohol porque te conozco, Jimin. Ella es mía.
— Ella no es tuya, no es un objeto que puedas poseer.
— Cierto, pero aun así es mía, ella llegó a mí primero así que te sugiero que no se vuelva a repetir—Jimin bufó.
