Sylvie, un sin fin de emociones.

Lo ideal en lo absurdo

Mero en estos momentos se encontraba en un desolado paraje blanquecino de dimensiones desconocidas. De un momento a otro una hierba de mediana altura comenzó a emerger del suelo y cambió todo el paisaje a un agradable campo verde con un luminoso cielo azul. Los rayos del Sol mostraban lo lindo del paisaje. Mero a lo lejos pudo ver a Sylvie y a Mía corriendo a su encuentro. Ellas sostenían en una de sus manos a dos niñas pequeñas que no superaban los cuatro años de edad.

Mero se sentía dichoso y feliz de poder concretar su encuentro con sus dos novias amadas.

De forma inesperada todo el paisaje lleno de luz cambió a el de una solitaria pradera con un pasto seco y amarillento.

El corazón de Mero comenzó a latir con mucha intensidad mientras que una de sus amadas novias se alejaba de él.

Mero con mucha tristeza dijo las siguientes palabras.

--- Por favor Sylvie no te vayas, quédate a mi lado, no puedo vivir sin ti...

La cara de Sylvie mostraba mucha tristeza y resignación. Ella de forma apenada mencionó las siguientes palabras.

--- Lo siento Mero, yo te amo, te amo muchísimo, pero no puedo defraudar la confianza que ha depositado en mi Anastacia, debo asumir mi cargo como la nueva Lider de la "Familia Earl Lang".

De forma impulsiva Mero dijo las siguientes palabras.

--- ¡Tu familia es malvada Sylvie! ¡No quiero que cambies tu propio ser por estar al lado de ellos!

Sylvie le regaló una cálida sonrisa a su novio para después decir las siguientes palabras.

--- Confía en mi Mero, daré mi mejor esfuerzo, lograré con Anastacia cambiar la perspectiva con que miran a mi propia familia. Te prometo que volveré, te lo prometo...

Mero sintió como su mano ya no alcanzaba a tocar el cuerpo de su amada novia que se alejaba de forma paulatina mientras daba firmes pasos.

El ingenuo Doctor de pueblo comenzó a llorar con mucha angustia.
En uno de sus costados una jovencita pequeña de cabellos dorados lo observaba con una cara de decepción. Mero se percato de su presencia y con un tono apagado de voz le dijo las siguientes palabras.

--- ¡¿Mía eres tú?! ¡¿Mía tu también te vas a ir de mi lado?!

La pequeña gemela Elosky miró con sus ojos llenos de tristeza a su amado mientras decía con un tono triste las siguientes palabras.

--- Mi Tío tenía razón Mero, tú no me mereces, yo te amo, yo he hecho lo imposible por ti, pero tu no eres más que un niño que no ha sabido elegir a quien ama de verdad, lo siento, no quiero ser tu segunda alternativa en tus planes de amor.

Mero tomó las manos de Mía con firmeza. Él después dijo las siguientes palabras.

--- Mía no pienses eso por favor, yo te amo...necesito de tu compañía...

De forma desilusionada Mía dijo las siguientes palabras.

--- Tú no sabes amar Mero, alguien que no se aprecia a si mismo nunca podrá amar a nadie...

La pequeña gemela Elosky comenzó a tomar distancia de su amado mientras caminaba a un lugar incierto y desolado.

Mero cayó de rodillas al suelo lamentandose. Él con sus dos manos apretaba con resignación la parte superior de sus pantalones mientras veía que por su lado derecho se alejaba Sylvie y por su lado izquierdo se alejaba Mía.

Él alzó su voz y de forma desgarradora dijo las siguientes palabras.

--- ¡Sylvie!, ¡Mía! ¡No se vayan por favor! Aunque suene egoísta las necesito a ambas...chicas no me dejen solo...no quiero volver a estar en soledad nuevamente...