Calma y fantasías

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Una fría noche se dejaba caer en el desolado pueblo que había sido presa del ataque de una cruel banda de bandidos hace algunas horas atrás. Varias antorchas en la plaza central de este lugar iluminaban las improvisadas carpas que se habían levantado, en estas dormirían las personas que habían perdido sus hogares.

Abraham Elosky con un gran esfuerzo de su parte logró cavar en las afueras del pequeño pueblo las veinticinco tumbas de las personas que habían fallecido por culpa de los crueles bandidos.
Los familiares de las personas muertas agradecieron las actitudes humanitarias del Tío de Mía y Cristine. Una modesta ceremonia cristiana fue llevada a cabo para despedir el alma de las personas que perdieron su vida en tal trágico incidente provocado por monstruos sin corazón ni remordimientos. En esta estuvieron presentes todos los amigos de Mero, ellos le dieron todo su apoyo a las familias que habían perdido a sus seres queridos.

Por un tiempo Nephy y Tomás ayudarían a los habitantes del pequeño pueblo en cuanto a su alimentación. Aurelia se preocuparía de ayudarlos con vestimentas y mantas para combatir el frío. Esto se desenvolveria de esta forma hasta que las cosas volvieran a ser como lo habían sido antes.

Sylvie, Mía y "Miss Mónica" volvieron a la acojedora casa de Mero que se encontraba en las afueras del pueblo. El ingenuo Doctor esperaría a su viejo amigo y a Cristine para regresar a su hogar con ellos.

Mero caminó algunos pasos hasta llegar a la entrada de la boutique de ropa de Aurelia. En el interior de este lugar una conversación entre dos amigas se estaba llevando a cabo.

Aurelia de forma amable le dijo las siguientes palabras a Cristine.

--- Debo disculparme contigo Cristine, fui demasiado impulsiva y no supe como transmitirte mis sentimientos de buena forma.

La hermana mayor de Mía le dijo las siguientes palabras a la bella mujer de largos cabellos dorados brillantes.

--- En estos dos últimos años que pudimos trabajar juntas. Pude desarrollar un gran sentimiento de amistad por ti Aurelia, pero es solo eso, amistad. Lo lamento, yo aún estoy enamorada de Mero.

Aurelia con una mirada llena de resignación enfocó su vista en la entrada de su tienda de ropa femenina. Con un tono de voz llenó de desilusión ella dijo las siguientes palabras.

--- Al parecer tu amado Mero te esta esperando en las afueras de este lugar. Ve con él, si te resulta incómodo, no vuelvas a trabajar en este lugar...no debes sentirte comprometida conmigo...

Cristine con algo de remordimiento mencionó las siguientes palabras.

--- Pero Aurelia, yo de todas formas quiero ser tu amiga...

Con un tono serio de voz la bella mujer de largos cabellos dorados brillantes dijo las siguientes palabras.

--- Lo siento Cristine, pero de mi lado nunca podré volver a verte con los mismos ojos, yo no quiero tu amistad, yo sólo deseo tener tu amor y compañía...

La hermana mayor de Mía abandonó el lugar de su anterior trabajo con un semblante de tristeza en su rostro.

Mero se percato del bajo ánimo de su querida amiga, él de forma amable le preguntó lo siguiente.

--- ¿Estás bien Cristine? Por favor no te deprimas. Nuestros esfuerzos lograran poner de nuevo en pie al pequeño pueblo. Confía en mí.

Cristine de forma cariñosa se arrimó al brazo derecho de su amor. Ella con un tono sereno de voz mencionó las siguientes palabras.

--- Volvamos pronto a tu casa mi querido Mero, en ese lugar nos esperan todos.

Mero le regaló una cálida sonrisa a su querida amiga. Él de forma amable mencionó las siguientes palabras.

Sylvie, un sin fin de emociones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora