Sylvie, un sin fin de emociones.

Vendedor de manzanas

Hace poco he despertado en el suelo de un vagón de tren que transporta diferentes tipos de insumos alimenticios. Mi cabeza, mi cabeza me duele muchísimo, de igual manera siento una molestia en mi hombro derecho. Trato de recordar lo que me sucedió con anterioridad, pero mis recuerdos son difusos y poco exactos. Con suerte he podido recordar mis dos primeros nombres. Luís Jose, si así es, esos dos nombres me pertenecen.

El vagón del tren en el que viajó ha detenido su marcha. Al parecer ya llegó a la estación de destino. El lugar en el que me encuentro no me permite ver mis ropas con claridad. Con mis dos manos comienzo a tocar mis vestimentas y me percato que están desgastadas y sucias.
Una luminosa luz por fin llega a mis ojos, uno de los empleados del tren ha abierto la puerta corrediza del vagón de carga en el que estoy en estos momentos. El empleado de este medio de transporte de manera molesta me dice las siguientes palabras.

--- ¡Que tenemos aquí! Un polizón se ha ocultado en uno de los vagones de carga para poder viajar gratis.
Luces terrible, menudo mendigo que eres. ¡Bájate de inmediato! ¡O me veré obligado a golpearte con mis compañeros de trabajo!

Con mucho temor hago caso de las imposiciones dichas por el furioso empleado del tren y me bajó lo más rápido que puedo del vagón en el que estaba viajando. Trato de disculparme con el sujeto que un tiempo atrás me ofreció una golpiza, pero soy totalmente ignorado por él.

He tenido suerte que este sujeto no haya llamado a sus compañeros de trabajo o a la policia. Miró a mi alrededor para conocer mi nuevo entorno, en estos instantes estoy en los andenes de una estación de trenes donde se reciben diversos insumos alimenticios. Todas las personas que trabajan en este sitio me miran con una cara de enojo y desconfianza, mi mejor opción en estos momentos es largarme de inmediato de aqui.
Trató de caminar lo más rápido que puedo y después de unos minutos logró llegar a la estación de trenes donde suben y bajan los pasajeros que viajan en este sistema de transportes.

Necesito saber en que lugar me encuentro ahora. Centró mi mirada en las boleterías de este sitio y puedo leer en un letrero que esta es la estación central de trenes de la región "Naturelles". Con simpatía y amabilidad le preguntó a la gente que esta esperando en este lugar en que país me encuentro ahora, las personas con las que trato tener contacto se alejan de mi debido a mi descuidada apariencia, al parecer mi cuerpo no se ha duchado en un par de días y mis ropas me hacen ver como todo un vagabundo.

Una pareja de enamorados llama a un guardia de seguridad de la estación de trenes y soy llevado bruscamente a la salida de este lugar.

Me siento nervioso y confundido, no sé que diablos hago en este sitio.

¿Yo soy un vagabundo que se infiltra en los vagones de los trenes para poder viajar gratis en ellos a través de este país desconocido para mi?

No ganó nada al quedarme en la entrada de esta estación de trenes, todas las personas que usan este medio de transporte piensan que solo soy una molestia que va interferir en su viaje. Revisó los bolsillos de mi pantalón para ver si tengo algo de dinero, pero mi suerte no es favorable. Ahora lo único de lo que puedo depender es de mis piernas, debo caminar a la ciudad más cercana a este sitio y tengo que encontrar a una persona amable que me brinde la información necesaria para saber en que país me encuentro en estos momentos.

Después de una caminata de una hora he podido llegar a una ciudad mercante llamada "Vegaluz". En esta localidad hay variados puestos de personas que trabajan la tierra como agricultores. Es un mercado gigantesco. Fácilmente recorrerlo por completo me llevaría más de dos horas. A pesar de que me vea como un vagabundo, debo tratar de conseguir cualquier clase de ayuda, hace media hora que mi estómago cruje con violencia, mi apetito es feroz. Si no como algo en algunas horas más creo que mis piernas no podrán dar pasos firmes para poder desplazarme adecuadamente.