Culpas y lamentos

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Después de algunos minutos de agradable plática con mi Madre, fui atrevido y le pedí dos semanas de vacaciones para poder ausentarme en mi trabajo en su clínica, este tiempo libre lo necesitaba para visitar el pequeño pueblo ubicado en la región Ceylan. Ayudar a que Abraham concretara su reencuentro con Cristine era una de mis prioridades en estos momentos.
Mi Madre me dijo que me cuidara mucho en mi nuevo viaje, ella me dio un gran abrazo de despedida y me deseo mucha suerte.

Sylvie, Mía, Abraham y yo volvimos a mi departamento para preparar nuestro equipaje. Pasados unos segundos, todos nos encontrabamos listos para partir. Rápidamente salimos de mi hogar y fuimos en dirección a la estación de trenes más cercana en la región administrativa Elmecer. En este lugar compramos cuatro boletos con destino al centro de la región Ceylan.

Mi pequeña amada estaba muy entusiasmada de volver al lugar donde nos habíamos conocido y creado un gran número de lindos recuerdos.
Sylvie fue astuta y logró sentarse a mi lado antes que Mía. La pequeña gemela Elosky se sentía un poco desilusionada al haber perdido la oportunidad de sentarse a mi lado. Con un leve puchero en su rostro, Mía se sentó con su Tío enfrente de nosotros.
Sylvie miraba con alegría el paisaje exterior por la ventana del vagón del tren mientras que abrazaba con mucho cariño mi brazo derecho.

Abraham y Mía estuvieron conversando amenamente en todo el transcurso de nuestro viaje.
Tío y sobrina se veían muy contentos por su reecuentro.

Pasaron un par de horas y finalmente llegamos a nuestro destino. Entre todos usamos un taxi que nos dejó en la entrada de la zona rural donde se ubicaba el pequeño pueblo. En este sitio pedimos la ayuda de un gentil campesino que nos llevó en su carreta empujada por caballos hasta mi consulta médica. El agradable anciano nos comentó que los puestos de avanzada colocados por la "Familia Earl Lang" alrededor del pequeño pueblo se encontraban abandonados.
Esta inesperada noticia hizo que mi corazón se contrajera, un gran nerviosimo se generó en todo mi cuerpo. Trate de disimular mis inseguridades y abracé con fuerza a mi pequeña amada. Mía se sintió celosa por mi impulsiva actitud y ella de manera rápida me abrazó por mi espalda.

Después de un par de minutos de viaje llegamos hasta mi sencillo y humilde hogar ubicado en las lejanias del pequeño pueblo. De manera amable le agradecimos al gentil campesino por su ayuda y nos despedimos de él.

A lo lejos un olor a humo y a madera quemada llamó mucho nuestra atención.

Sylvie, Mía, Abraham y yo ingresamos a mi casa. Nos pareció extraño que nadie se encontrará en estos momentos en este lugar.
Me percate que la mesa de mi comedor estaba servida con algunos alimentos y tazas para tomar té o café.

De un momento a otro un pequeño ruido fue escuchado por mis oídos. Este al parecer provenía de nuestro sótano oculto que estaba debajo del escritorio de mi consulta médica. Caminé algunos pasos y llegué hasta ese lugar. Me agache y con una de mis manos empuñadas golpee la pequeña puerta de entrada y en voz alta dije lo siguiente: "Soy Mero, he vuelto junto a Sylvie y a Mía, por favor no hay nada porque preocuparse".

"Miss Mónica" retiró el seguro de la pequeña entrada y salió de su escondite a nuestro encuentro. Ella corrió hasta el lugar donde se encontraba su pequeña hija y le brindó un cálido abrazó fraternal.
"Miss Mónica" nos informó que Julios y Cristine habían ido al pequeño pueblo a investigar el origen de una llamativas llamas, ya que este lugar al parecer había sido atacado e incendiado por desconocidos bandidos.

Un gran nerviosismo se generó en el rostro de Sylvie. De manera decidida junto a Abraham y Mía elegimos ir a ver que había ocurrido en ese lugar.

Le dije a mi pequeña amada que se quedará junto a su Madre, a ellas les indique que se ocultaran en el sótano mientras que regresabamos.
Sylvie en un inició se negó a mi propuesta, ella quería acompañarme a toda costa, yo le dije que no se preocupará, ya que Abraham y Mía eran muy capaces para enfrentar hostilidades y amenazas que quisiesen atacarnos.
Después de escuchar mis confiadas palabras, Sylvie acató mi orden y junto a su Madre se oculto donde le había dicho que lo hiciera.

Sylvie, un sin fin de emociones.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt