Sylvie, un sin fin de emociones.

Símbolo de admiración

Sergio Rivera de León desde niño fue un chico alegre que le gustaba compartir y divertirse con sus amigos en variados juegos infantiles para así entretenerse con ellos, ante cualquier pelea o problema que se generaba entre sus amigos al jugar, Sergio de inmediato intervenía en este conflicto para solucionarlo pacíficamente sin que nadie fuera lastimado.
Él desde pequeño vivió con sus Padres en un modesto y acogedor departamento de una gran ciudad de la región administrativa de Elmecer.
Los Padres de Sergio resultaban ser prominentes profesores de Ciencias Sociales y Matemáticas que desempeñaban sus labores en escuelas de educación secundaria. Gracias a esto Sergio aprendió todo lo necesario y fundamental para ser un hombre correcto e integrado a la sociedad en su adultez.

A sus dieciocho años de edad y por su propia motivación personal Sergio decidió convertirse en un oficial de policía de la gran ciudad donde había vivido desde su niñez. En un principio el muchacho se sentía muy orgulloso de desempeñar esta labor para ayudar a las personas que requerían de su ayuda y resguardo. Esto fue de esta manera hasta que él cruzó su camino con la temida y respetada "Familia Earl Lang", en ese momento Sergio se dio cuenta de como el mundo que había idealizado positivamente desde su niñez se desenvolvia en la fría y negativa realidad de los adultos.

Cuando la "Familia Earl Lang" visitaba cualquier región de su interés para realizar visitas sociales y de negocios, "Miss Abigail" siempre pedía la escolta de al menos cuatro policías de confianza de la mejor comisaria de la región que visitaba. De esta forma Sergio fue elegido para cuidar la seguridad de "Miss Abigail" y de su familia por su exhaustivo trabajo y dedicación al cumplir sus labores día a día.
El recto oficial de policía al estar en cercanías de las actividades de la "Familia Earl Lang" se informó de sus sucias acciones en las sombras, tales como:

Sobornos a grandes empresas, corrupción con algunas figuras políticas, impunidad y perdón a crueles delicuentes que eran integrantes de la banda de la "Luna Roja" (Grupo liderado en las sombras por "Sir Johnn"). Todo esto fue visto por la mirada incrédula de Sergio sin que él pudiese hacer algo para poder solucionarlo. Esta fría realidad iba más allá de las capacidades de intervención de un simple oficial de policía que debía hacer valer la ley de acuerdo a sus propios valores como integrante de la fuerza policial de la ciudad que protegía.

Al darse cuenta de que sus esfuerzos por hacer valer la ley de manera correcta eran en vano, Sergio decidió renunciar a su puesto de trabajo en la comisaría donde desempeñaba sus labores y optó por viajar a la región Ceylan para poder despejar sus ideas y pensamientos.

En ese lugar el muchacho idealista y justo logró encontrarse con el que sería su mentor y símbolo de admiración a futuro.

Hace unos pocos minutos atrás Sergio había llegado a la estación central de trenes de la región Ceylan después de un viaje de algunas horas en este medio de transporte, él en estos momentos se encontraba caminando por un sendero de tierra que lo llevaría a la ciudad más poblada de esta localidad. En su trayecto hacía ese lugar Sergio se dio cuenta que una carreta de un mercader estaba siendo asaltada por cuatro bandidos que gritaban a viva voz y decían que eran integrantes de la banda de la "Luna Roja".

Sin dudar de él mismo, Sergio corrió en dirección del mercader que estaba siendo asaltado para poder ayudarlo.
Los cuatro bandidos entre sus armas portaban palos y cuchillos, en cambio, Sergio con suerte contaba con sus propios puños para poder luchar debido a que él había tenido que devolver su revólver por causa de su renuncia a su cargo como oficial de policía en la comisaría de la región Elmecer.

Por fortuna para Sergio, un misterioso sujeto que ocultaba su identidad con una capucha y capa de color gris logró ahuyentar a los bandidos que atacaban al indefenso mercader al ejecutar tres disparos al aire con un revólver que empuñaba en su mano derecha.