𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •

𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥: 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝

La navidad de Yoongi y TaeTae

Yoongi terminó de hacer su dibujo del árbol de navidad y lo pegó en la pared de su habitación, muy satisfecho con su talento como artista. Luego, pensó que sería bueno que sus papás lo vieran, de modo que volvió a tomarlo, y bajó las escaleras muy rápido (porque a cada año se volvía más veloz) pero se detuvo al pie de la sala al escucharlos hablar muy seriamente.

— ¿Cómo es posible que otra vez no vengan?

— Me llamó esta mañana, dijo que era una cuestión de fuerza mayor. — su mamá hablaba en voz baja, y sonaba un poco triste. — Quise convencerla.  Les dije que Taehyung estaba muy emocionado con la idea de verlos, pero...

— Dios santo. Ya no puedo tolerar esto. — su papá, en cambio, sonaba molesto. — Ese niño ha vivido con nosotros por años, y no me estoy quejando, lo amo y no lo cambiaría por nada, pero merece que sus padres estén aquí en las fiestas con él.

— No sé cómo lo tomará Taehyung, porque realmente estaba ilusionado con la idea de verlos.

Yoongi se alejó, con el ceño fruncido y una pequeña mueca en sus labios. Subió las escaleras otra vez y fue directo de regreso a su habitación, donde Taehyung dormía tranquilamente en su cama, porque siempre decía que era la más cómoda de todas y porque le gustaba estar cerca de su hyung.

Viéndolo dormir tan profundamente, Yoongi se sintió un poquito molesto con el señor y la señora Kim.

Amaba que TaeTae viviera con él. Era el niño más bueno del mundo, siempre compartía sus juguetes, era listo y le encantaba aprender cosas nuevas. No recordaba mucho a los señores Kim, pero su papá siempre decía que eran personas muy ocupadas y por eso no podían cuidar de TaeTae todo el tiempo.

Yoongi no lograba entenderlo.

— ¿Taehyung? — susurró, comenzando a moverlo. — Taehyung, despierta.

El pequeño hizo una mueca, removiéndose en su lugar. Era normal que ese día hubiera tomado una siesta, se había levantado muy temprano, ayudado a la señora Min a preparar el desayuno (sus tostadas terminaron un poco quemadas, pero a nadie le molestó) jugó en el patio y se dio un baño porque saldrían a pasear más tarde.

Ya era más tarde, y por eso mismo Yoongi lo despertaba un poco brusco. Taehyung abrió sus ojos perezosamente y se incorporó, con el cabello completamente despeinado y cubriendo un bostezo, antes de mirar a su hyung, rascando su pancita por encima de su playera.

— Tenemos que vestirnos. ¿No quieres ir a ver a Santa? — preguntó el mayor, y Taehyung asintió adormilado, frotando sus ojos antes de mirar alrededor, buscando sus zapatillas.

Contrario a lo que alguien esperaría, Taehyung no era un gran amante de las fiestas.

Es decir, le gustaban las luces, la música de villancicos, decorar el árbol con Yoongi hyung, hornear galletas con la señora Min. Su parte menos favorita quizás era ir en el auto del señor Min al centro comercial a ver a Santa, como todos los años.

Taehyung sabía, (porque a pesar de tener sólo cinco años, era un niño muy listo) que ese no era el Santa Claus real, porque el Santa real debía estar muy ocupado haciendo los juguetes para los niños que debía repartir en pocos días, así que tenía que enviar a alguien disfrazado para los niños que aún no le habían dicho qué querían, o no lo habían escrito en una carta.

— Quédate cerca de mí, Tae, ¿de acuerdo? — decía Yoongi hyung todo el tiempo, sosteniendo su mano para que no se perdiera.

Taehyung sólo asentía, viendo como la fila frente a ellos para hablar con Santa se iba a haciendo cada vez más corta. Yoongi hyung no hablaría con Santa, porque ya había escrito su carta (Taehyung sabía lo que le había pedido, pero debía guardar el secreto) y decía que aquel Santa que no era el real olía un poco extraño, pero Yoongi era un buen hyung, entonces (bajo supervisión de sus padres) llevaba a Tae para que pudiera hablar con él.