Ⓝ Admirador número dos Ⓙ

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Namjoon tardó quince minutos en verse lo suficientemente presentable, lo cual... bueno, era un poco impresionante porque él era de esas personas que tardaban una eternidad, sólo por distraerse con otras cosas, pero esta vez estaba ¿emocionado, quizás? ante la idea de salir con Seokjin.

Hubo ocasiones donde había pensado en ir a algún bar, pero la idea de ir solo no le gustaba mucho, además de que los demás compañeros de su universidad tenían un cierto prejuicio hacia él, cosa que era un poco ridícula porque la diferencia de edad no era tan grande, pero tampoco es como si tuviera demasiado interés en hacerse amigo de esas personas, no eran precisamente su estilo, si debía ser sincero.

Tardó otros quince para evitar que su perro se escabullera por la puerta queriendo salir con él, porque no había modo de hacerle saber que no, no iba a sacarlo de paseo, pero se las arregló para salir sin olvidar nada.

Fue un poco extraño que el GPS de su auto ya tuviera registrada la dirección que Seokjin le había dado, y no lo entendió hasta que se estacionó frente al lugar unos quince o veinte minutos después. Revisó la dirección otra vez, confundido, porque... no, no era posible.

Definitivamente esa no podía ser la casa de Jungkook, ¿o sí?

La vez que Namjoon llevó a Taehyung y Jungkook a sus casas luego de la travesura del museo, había estado bastante atento a ellos por el simple hecho de ser responsable de la seguridad de ambos menores, esperando a que entraran antes de encender el motor e irse, y por ende había reconocido casi de inmediato el pórtico y el jardín, pero... tenía que ser un error, de seguro estaba equivocado.

Seokjin no podía estar viviendo en la casa de Jungkook, pero... Oh. Namjoon recordó entonces la mención de que el menor tenía un hermano mayor, al que jamás conoció porque no había tenido motivos para contactar su familia por motivos escolares, entonces quizás...

Marcó el número del castaño antes de que sus pensamientos se fueran por las ramas, y este no tardó mucho en responder.

— ¿Debería llevar una chaqueta roja o negra? — fue lo que escuchó primero, y se sintió confundido.

— Uhm, chaqueta negra.

— De acuerdo, negro será. — se oyó animado. — ¿Estás muy lejos? No es tan... Oh, estás estacionado afuera. — Namjoon miró hacia la ventana de la casa, notando como la cortina se cerraba. — Bajo en un segundo.

Fueron doce segundos hasta que la puerta delantera de la casa se abrió, y (un extremadamente guapo y bien vestido) Seokjin salió de allí, caminando con tranquilidad hacia él, alzando su mano como un saludo. Namjoon salió del auto y se quedó junto a la puerta, obteniendo una sonrisa del castaño.

— Acércate, quiero ver tu estilo. — pidió con un gesto, y él suspiró, antes de dar unos pasos hacia adelante. — Nada mal.

— Sólo tomé algo de mi armario al azar. — musitó, evitando mirarlo porque realmente no tenía confianza en lucir bien. Su ropa era generalmente usada para ir a reuniones elegantes, no a clubes donde la gente bebía y bailaba hasta altas horas de la madrugada, pero no creía verse tan mal.

Seokjin lucía bien, realmente bien, con la chaqueta negra y fina sobre una camiseta, el cabello ligeramente despeinado y también un poco de maquillaje, lo lucía como un todo un modelo y Namjoon interiormente sólo podía admirarlo, porque realmente era un chico atractivo, de esos que serías capaz de ver en comerciales de televisión, dudando realmente si era posible que existirían personas rozando lo más cercano a la perfección. Namjoon no creía exagerar al pensar eso, sabía reconocer cuando una persona era atractiva, y el hecho de que Seokjin no fuera modesto al respecto sólo lo volvía más evidente.

𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •Where stories live. Discover now