Ⓣ Hermano Ⓚ

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Yoongi había tenido deseos de cerrar la puerta de su casa cuando vio quienes estaban allí de pie, pero no quería que su desagrado hacia Kim Yeonsoo y Kim Sangmin fuera tan obvio, de modo que los dejó pasar con una sonrisa que no se molestó en aparentar que era forzada.

— Muchacho, cuanto has crecido.

— ¿Cómo está, señor Kim? — aunque francamente me importe muy poco, quiso agregar.

— Yoongi, cielo, ¿quién es? — su madre se asomó, bastante sorprendida de ver a ambos adultos allí. — Oh.

— Lamentamos llegar así.

— No, no se preocupen, pasen. ¿Cómo estás, Sangmin? — sonrió, y el hombre hizo un leve asentimiento con la cabeza. — Tomen asiento, ¿quieren beber algo?

— No, no, gracias, nosotros sólo... — la voz de Yeonsoo vaciló un poco, antes de carraspear y volver a sonar como la mujer de negocios que era. — Nos gustaría hablar con Taehyung.

— Taehyung no está aquí, creí que te había dicho que saldría esta noche. — respondió confundida, y Yoongi clavó su vista en ellos, porque la situación se le hacían un tanto extraña y no tenía un buen presentimiento.

— Sí, nos lo dijo, sucede que... lo vimos en la fiesta. Bueno, yo lo vi, pero él sólo se fue y yo... no lo encontramos después de eso. — Yeonsoo explicó con evidente incomodidad. — Creí que ya había llegado aquí.

— ¿Lo vieron en la fiesta? — repitió el rubio, y un suspiro mitad sonrisa salió de sus labios. Por supuesto. — Creí que había dicho que sólo vinieron a verlo a él, ¿o no, señora Kim?

— Yoongi, por favor. — pidió su madre.

Sangmin interrumpió.

— Con todo respeto, me gustaría darle explicaciones a mi hijo.

— Bueno, qué pena, porque él no está en mi bolsillo, señor Kim.

— Voy a llamarlo, ¿de acuerdo? Le diré que están aquí. — mencionó la señora Min sin dejar su amabilidad, y dándole una mirada de advertencia a su hijo antes por el teléfono.

Yoongi suspiró profundamente cuando ambos adultos se sentaron en el sofá, y él tomó asiento en el individual. La señora Kim parecía especialmente intranquila, mientras que el señor suspiraba pesadamente, como si estuviera muy cansado.

— Entonces, señor Kim, ¿qué piensa? — quizás era infantil de su parte, pero no planeaba dejarlos en paz. — Taehyung creció mucho, ¿verdad?

Por su expresión incómoda, lo supo.

— Lamentablemente no he podido verlo aún.

— Oh, ¿de verdad? — habló con fingida inocencia. — Creí que sí, después de todo, ¿no estaba muy emocionado por ello?

— No tienes que ser duro con nosotros, Yoongi. — dijo Yeonsoo, en voz baja, no queriendo lidiar con la actitud del muchacho, aquella que siempre debían enfrentar. — Sabemos cuánto quieres a Taehyung, eres su mejor amigo y...

— Permítame aclarar algo. — interrumpió sin mirarla. — Principalmente, soy su hermano, y lo de ser duro es instintivo, no es como si pudiera evitarlo. — se encogió de hombros. — Ustedes no me agradan.

— Lo sabemos, pero... — la mujer suspiró profundamente, buscando el modo correcto de expresarse. — Yoongi, somos tus padrinos, y los padres de Taehyung, por eso...

— Vamos a proponerle a Taehyung venir con nosotros a Estados Unidos. — Sangmin prefirió ir directo al grano, porque no le estaba agradando mucho el modo en que se los estaba tratando. — No somos villanos, no vamos a llevarlo a rastras como los malos de una película, pero vamos a hacerle saber que tiene una opción. — Yoongi se había quedado en la parte de "Estados Unidos" y no estaba precisamente feliz. — Nuestro negocio va mejorando cada vez más, ya es mayor de edad y podría tener una gran educación allá, es por eso. Nos gustaría presentarlo con la gente con la que trabajamos...

𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •Where stories live. Discover now