𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •

Ⓣ Fresas con crema Ⓚ

Final (parte 1)

Las relaciones son complicadas.

Bueno, no de una mala manera, pero es claro que eventualmente se requiere mucho más que sólo dos personas que se atraigan mutuamente. Con el tiempo, es notorio que se necesitan varios factores, como la buena comunicación, porque una relación sin buena comunicación no es fácilmente sostenible. También se requiere de responsabilidad y compromiso, y de igual modo de mutuo consentimiento a medida que esa relación va avanzando.

Las relaciones también tienen comienzos distintos, algunos casuales y otros que llevan esperando un buen tiempo. Hay relaciones que quizás muchos creían imposibles, mientras que hay otras que muchas personas llevan prediciendo un buen tiempo, pero los más entretenidos son los que evolucionan discretamente, a su tiempo y de manera inusual, porque eso los hace mucho más especiales.

Hay relaciones cortas, y otras increíblemente largas, en casos (actualmente no muy usuales) están las que comienzan y no tienen un fin, y otras que no tienen un claro comienzo tampoco. Lo divertido es que esto no sólo abarca para las relaciones románticas, sino para las amistades o compañerismos, porque hay un sinfín de maneras de conocer y relacionarse con personas, y también de evolucionar a medida que el tiempo. Una relación de amistad puede acabar en un romance del mismo modo en que una relación de romance puede acabar en una amistad. De amor a odio y de odio a amor son casos comunes también, e igual de frustrantes. De personas totalmente opuestas, perfectamente iguales, o quizás con simples similitudes.

— Es confuso. — dijo Hoseok en medio de la lectura, y la señora en el mostrador se rio. — Es decir, es cierto, pero jamás me había detenido a pensar sobre el modo en que funcionan las relaciones. Es raro.

— Supongo que cada uno lo interpreta a su manera. — suspiró ella, tomando de regreso la revista luego de que su cliente frecuente (favorito) hubiera preguntado acerca de lo que leía. — ¿Cómo lo interpretas tú?

Él lo pensó, antes de sonreír vagamente: — Bueno, tengo un grupo de amigos muy grande, y la mayoría están en pareja entre sí, pero me hace feliz porque están felices, como... realmente felices, considerando que comenzaron de manera diferente.

— Eso es interesante. — sonrió asintiendo. — ¿Qué hay de ti? De todo el tiempo que te conozco, jamás me has hablado de alguien que te gustara. Eres un chico joven y apuesto, también muy dulce, no entiendo como no se fijarían en ti.

Hoseok se rio avergonzado, encogiéndose de hombros.

— No lo sé. — inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado, pensando. — Supongo que... ¿aún no encuentro a la persona indicada? Tampoco es como si la buscara, simplemente estoy feliz ahora, hago lo que me gusta y no me está yendo mal en ningún sentido.

— ¿Estás abierto a la posibilidad de salir con alguien?

— Creo que sí, jamás lo he considerado seriamente, pero, ¿por qué no? — sonrió otra vez. — ¿Cómo fue cuando conoció a su esposo?

Ella tardó un minuto en contestar, por cobrarle a un cliente que tenía con su comida elegida, y lo despidió cortésmente antes de regresar su atención al castaño.

— Un caos. Éramos los más listos de la clase así que competíamos por todo, todo el tiempo. — se rio al recordar. — Creo que llegó al punto de detestarnos mutuamente. Yo era buena en deportes y él en artes, así que siempre intentábamos enfrentarnos en el territorio del otro.

— Oh, ¿fue un caso de "del odio al amor hay un solo paso"?

— ¿Eh? No, fue un caso de "lo golpeé accidentalmente con la puerta de mi casillero y me sentí culpable por eso." — corrigió entonces, sorprendiendo al menor. — Dejé un moretón enorme en su cabeza y entonces me la pasé una semana entera disculpándome con él, así que eventualmente nos volvimos cercanos y una cosa llevó a la otra. — sonrió vagamente, pasándole un juguete a su pequeña hija de dos años, quien estaba sentada en el mostrador. — Ya ves, a veces las relaciones surgen de donde uno menos lo espera.