Ⓣ Ramen Ⓚ

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Jungkook no había tenido problemas inicialmente para acostumbrarse a su idea estar solo en la cafetería, luego de haberse arraigado a "no tendré amigos y voy ignorar a todo el mundo", al menos, hasta que Taehyung apareció y envió sus planes directo a la basura. Ahora, en cambio, ya estaba más que acostumbrado a pasar tiempo con él y con los demás hyungs todo el tiempo, y la costumbre volvía lo no usual, algo muy incómodo.

Ahora, estar solo era lo raro.

Taehyung llevaba unos dos días sin ir a la escuela, porque estaba enfermo, igual que Yoongi hyung. Jungkook pensó que estaría bien porque era sólo era un periodo corto de tiempo hasta que se sintiera mejor, pero el dolor de cabeza también impedía que pudieran hablar por mensajes. Es decir, que no tenía contacto con él desde hace más de cuarenta y ocho horas, y... sí, se sentía un poco raro.

¿A quién engañaba? Era muy extraño estar sin la compañía del castaño. Jungkook se había vuelto extrañamente avezado a pasar las tardes con Taehyung, ya fuera leyendo un libro en la biblioteca, oyéndolo hablar sobre sus clases, simplemente escuchando música, claro, cuando no estaban pasando tiempo con sus hyungs.

— Bien, no sé tú, pero yo no puedo soportar demasiado sin mis dos mejores amigos. — Hoseok hizo una pequeña mueca, dejando su almuerzo de lado. — ¿Por qué diablos se enferman? Ellos jamás se enferman y necesito que alguien me diga que no me exceda con el aderezo en mi sándwich. — miró a Jungkook, percatándose de sus palabras. — Lo siento.

El menor negó rápidamente con la cabeza. De todos modos, aunque pudiera no le diría algo así porque el aderezo en un sándwich era lo mejor.

— Ya los hicimos esperar bastante, ¿quieres venir conmigo a ver qué tal están después de la escuela? — preguntó, y el menor asintió. — Genial, apuesto a que a Taehyung le gustaría verte. Es decir, adora pasar tiempo contigo, después de estar semanas acechándote y lloriqueando sobre lo mucho que quería hablarte creo que... — frunció el entrecejo, mirándolo otra vez. — Quizás no deba contarte esto, ¿cierto?

Jungkook lo miró con una sonrisa, bastante entretenido, y se encogió de hombros.

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Luego de lo que sucedió con los Kim, y que Taehyung llegará a las siete de la mañana a casa en el auto del profesor Kim (oh, y realmente recibió un regaño monumental) Yoongi había estado molesto con él, sin un motivo realmente claro.

Taehyung al inició creyó que era el malhumor habitual de su hyung por estrés a causa de sus clases y demás, pero se volvió muy frustrante notar que el mayor estaba evitándolo a toda costa, porque su cabeza sólo maquinaba con la posibilidad de que Taehyung pudiera irse a Estados Unidos, lejos, con aquellos billetes de cien dólares con piernas llamados Sangmin y Yeonsoo, y realmente le molestaba.

Taehyung no comprendió nada hasta que su madre le contó que los Kim habían pasado por casa esa noche, buscándolo y, dos días después, asistió al almuerzo del viernes que tuvo con el señor y la señora Kim, el cual transcurrió normal, hasta que la mención de Estados Unidos se hizo presente luego de las propias disculpas que recibió de ambos, aunque no entendía bien la razón por la cual se disculpaban.

Ni siquiera dejó que el señor Kim terminara de hablar para dar su respuesta.

— No, gracias. No tengo intenciones de mudarme al extranjero ahora. — frunció el entrecejo, pensativo. — O jamás.

Yeonsoo suspiró.

— Hijo, estamos hablando de una gran oportunidad para ti. Nuestra idea es brindarte las mejores experiencias. — explicó, haciendo un gesto leve a la joven mesera que estaba sirviendo sus copas. — Piensa en esto como algo de lo que podrás aprender, no tiene porqué ser permanente.

𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora