Ⓨ Cita Ⓜ

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Jimin tuvo que morder su labio inferior para contenerse, pero estuvo muy tentado de aplaudir como un niño pequeño y sonreír enormemente a causa de la felicidad.

Porque Yoongi le había comprado un helado.

También porque nada estaba resultando extraño e incómodo. Pasar el tiempo con Yoongi se sentía muy natural, y ya que ninguno tenía una idea clara de que podían hacer, terminaron paseando un poco por el parque, porque el día estaba soleado y el menor insistía que algo de aire fresco les vendría bien, ya que sabía que Yoongi no era precisamente una persona de exteriores.

— ¿Por qué lo masticas? — quiso saber el mayor luego de que Jimin le diera otra probada a su helado. — Lo noté la primera vez, pero creí que era cosa del momento. Realmente lo masticas.

Jimin se avergonzó un poco, porque era usual que la gente señalara esa costumbre suya desde que era pequeño.

— No lo sé. No me doy cuenta, en realidad. — se encogió de hombros. — Pero es contagioso, creo. Jungkook me decía que era muy extraño y ahora él también tiene la costumbre de hacerlo.

Yoongi asintió, con una expresión pensativa y mirando su propio helado.

Pensando en que no tenía mucho que perder, llevó el helado a su boca para darle un mordisco grande, de un modo más exagerado de lo que Jimin había hecho, o habría hecho jamás. 

De inmediato se arrepintió.

En menos de tres segundos, hizo una mueca, cerrando sus ojos fuertemente, y quedándose de pie en su lugar. Jimin abrió la boca ligeramente, asombrado, y tuvo que morder su labio inferior para evitar que se le escapara una risa sonora, que acabó por ser una más nasal. y se acercó a él rápido.

— Hyung, ¿estás bien? — preguntó inclinándose un poco para verlo, con la voz temblorosa, a lo que el mayor negó con la cabeza, cerrando sus ojos fuertemente por un segundo.

— Se me congelaron los dientes, la boca... — respondió haciendo muecas, que resultaban más tiernas que preocupantes. — Y el cerebro, creo.

— No debiste hacer eso. — no quería reírse en su cara y que pareciera que se estaba burlando de él, pero no podía evitar al menos sonreír.

— Quería saber que se siente. — pasó la lengua por sus labios, tratando de quitarse la sensación extraña de la boca. Frunció el entrecejo y lo miró. — Estás loco, ¿cómo haces eso siempre?

Jimin se encogió de hombros.

— No es para todos. — respondió, y le dio otro mordisco a su helado, aun sonriendo vagamente al ver que Yoongi arrugaba la nariz, intentando acostumbrarse a la sensación.

Bastó de unos cuantos minutos para que aprendiera la lección, y decirse a sí mismo que no volvería a intentar algo así, por un segundo creyó que sus dientes se caerían. Era un frío extremo para su gusto y no quería volver a experimentarlo, de modo que se apresuró a terminar su helado del modo en que siempre lo hacía.

— Entonces, ¿qué quieres hacer ahora? — preguntó mientras seguían caminando, limpiándose las manos.

Jimin se rio: — ¿Estás dejándome todo el trabajo de decidir a mí?

— Bueno, la última vez que tuve una cita tuve que llamarte para que me aconsejaras que hacer. — le recordó entonces, y Jimin asintió. No había pasado mucho tiempo de eso, pero extrañamente se sentía distante. — ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una cita antes de esta?

— Uhm, antes de conocerte, de seguro. Déjame pensar... — suspiró profundamente, mirando hacia el cielo mientras caminaba, por lo cual Yoongi tomó su brazo para evitar que chocara con una pareja que venía con un perro. — Oh, ya recuerdo. Fue una cita con una chica que conocí en una fiesta.

𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •Where stories live. Discover now