El partido acabó rápido. Ganaron, y mientras se duchaban nos fuimos a casa de Álex que quedaba cerca. No había nadie en ella, solo su hermano que tenía un año menos que nosotros. Estaba jugando a la play en el salón. Ni siquiera nos miró. Nos dijo "Hola" rápidamente y siguió hablando con sus amigos por el micrófono.
– Está todo el día así – comentó Álex – Que no os extrañe.
Pasamos a su habitación y me senté en el puf que tenía, Male y Nora en la cama y el chico en la mesa del escritorio.
– Menos mal que tu casa está caliente – dijo Nora – Me estaba muriendo de frío.
– Yo también – la apoyó Male.
– Yo estaba bien – respondí encogiéndome de hombros.
– ¿Por qué sería...? – Male dejó la pregunta en el aire mientras sonreía de una forma muy rara y Nora, al entenderlo, sonrió de la misma manera.
– Os odio fuertemente – negué con la cabeza.
Estuvimos un rato hablando. Noté que Álex apenas intervino en la conversación. Me pareció raro, entonces, cuando Pin y Pon se fueron al baño a arreglarse me atrevía a preguntar.
– ¿Qué te pasa? – él me miró con el ceño fruncido.
– ¿Qué me iba a pasar?
– No sé. Dímelo tú – mantuvimos la mirada en silencio unos segundos – Te he notado raro. Dime a quién hay que pegar y lo arreglamos.
Dejó escapar una pequeña sonrisa que pronto desapareció. Miró al suelo, y luego a mí.
– Estoy bien. No tienes de que preocuparte – respondió al fin.
– No te creo.
– No me creas.
– Quiero que estés bien – le insistí.
– Lo estoy.
– ¿Seguro?
– Seguro – asintió.
Hubo unos segundos en silencio.
– Mientes – le acusé.
– ¡Por favor! – exclamó frustrado – Eres muy pesada cuando quieres.
– Ya lo sé. Y lo voy a seguir siendo hasta que el Álex que conozco vuelva a la Tierra.
– Estoy aquí, ¿vale? – sonrió de una forma un poco forzada pero suave – Estoy bien – Me callé y él también.
Entonces, su móvil sonó. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y lo miró.
– Thomas y los demás van a comer algo – dijo levantándose. Yo hice lo mismo.
– ¿A dónde van? – pregunté acercándome a él.
– A por unas pizzas. Preguntan que si queremos ir – me miró esperando mi respuesta.
– ¡A por pizza se ha dicho!
***
Nos encontramos con los chicos en un lugar donde vendían pizzas y hamburguesas. No estaban todos, pero sí la mayoría y a los que más conocía. Entre ellos estaban Thomas que me saludó con un abrazo, al igual que Álvaro.
También me fijé en Male y Diego. Cruzaron varias miradas pero el ambiente no se tensó. Esa era buena señal. Por otro lado, Thomas y Nora se saludaron con dos besos e intercambiaron unas pocas palabras.
Lo de ellos dos había sido también algo muy peculiar. Empezaron a hablar a principios de verano y se convirtieron en dos personas muy cercanas la una de la otra. Salían casi todos los días juntos y les encantaba sentarse en un banco y hablar, y hablar y hacer tonterías. Por lo que tengo entendido, estuvieron a punto de ser algo más que mejores amigos pero las clases empezaron y se distanciaron hasta el punto de actuar como completos desconocidos. Es otro misterio que me queda por resolver.
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Mi Mejor Enemigo #MME3
Teen FictionTercera parte de la trilogía MME ¿Y si te dijeran que debes cuidar a un crío muy inquieto de 10 años durante una semana? ¿Y si te obligaran a dar clases de matemáticas sin recibir nada a cambio? ¿Y si tuvieras que aguantar al tío más imbécil del ins...