CAPÍTULO 7

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El partido acabó rápido. Ganaron, y mientras se duchaban nos fuimos a casa de Álex que quedaba cerca. No había nadie en ella, solo su hermano que tenía un año menos que nosotros. Estaba jugando a la play en el salón. Ni siquiera nos miró. Nos dijo "Hola" rápidamente y siguió hablando con sus amigos por el micrófono.

– Está todo el día así – comentó Álex – Que no os extrañe.

Pasamos a su habitación y me senté en el puf que tenía, Male y Nora en la cama y el chico en la mesa del escritorio.

– Menos mal que tu casa está caliente – dijo Nora – Me estaba muriendo de frío.

– Yo también – la apoyó Male.

– Yo estaba bien – respondí encogiéndome de hombros.

– ¿Por qué sería...? – Male dejó la pregunta en el aire mientras sonreía de una forma muy rara y Nora, al entenderlo, sonrió de la misma manera.

– Os odio fuertemente – negué con la cabeza.

Estuvimos un rato hablando. Noté que Álex apenas intervino en la conversación. Me pareció raro, entonces, cuando Pin y Pon se fueron al baño a arreglarse me atrevía a preguntar.

– ¿Qué te pasa? – él me miró con el ceño fruncido.

– ¿Qué me iba a pasar?

– No sé. Dímelo tú – mantuvimos la mirada en silencio unos segundos – Te he notado raro. Dime a quién hay que pegar y lo arreglamos.

Dejó escapar una pequeña sonrisa que pronto desapareció. Miró al suelo, y luego a mí.

– Estoy bien. No tienes de que preocuparte – respondió al fin.

– No te creo.

– No me creas.

– Quiero que estés bien – le insistí.

– Lo estoy.

– ¿Seguro?

– Seguro – asintió.

Hubo unos segundos en silencio.

– Mientes – le acusé.

– ¡Por favor! – exclamó frustrado – Eres muy pesada cuando quieres.

– Ya lo sé. Y lo voy a seguir siendo hasta que el Álex que conozco vuelva a la Tierra.

– Estoy aquí, ¿vale? – sonrió de una forma un poco forzada pero suave – Estoy bien – Me callé y él también.

Entonces, su móvil sonó. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y lo miró.

– Thomas y los demás van a comer algo – dijo levantándose. Yo hice lo mismo.

– ¿A dónde van? – pregunté acercándome a él.

– A por unas pizzas. Preguntan que si queremos ir – me miró esperando mi respuesta.

– ¡A por pizza se ha dicho!

***

Nos encontramos con los chicos en un lugar donde vendían pizzas y hamburguesas. No estaban todos, pero sí la mayoría y a los que más conocía. Entre ellos estaban Thomas que me saludó con un abrazo, al igual que Álvaro.

También me fijé en Male y Diego. Cruzaron varias miradas pero el ambiente no se tensó. Esa era buena señal. Por otro lado, Thomas y Nora se saludaron con dos besos e intercambiaron unas pocas palabras.

Lo de ellos dos había sido también algo muy peculiar. Empezaron a hablar a principios de verano y se convirtieron en dos personas muy cercanas la una de la otra. Salían casi todos los días juntos y les encantaba sentarse en un banco y hablar, y hablar y hacer tonterías. Por lo que tengo entendido, estuvieron a punto de ser algo más que mejores amigos pero las clases empezaron y se distanciaron hasta el punto de actuar como completos desconocidos. Es otro misterio que me queda por resolver.

Mi Mejor Enemigo #MME3Where stories live. Discover now