CAPÍTULO 22

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Nada más terminar la película, me lavé los dientes y me metí en la cama con el móvil. Debería estar repasando biología pero me daba pereza y sabía que iba a aprobar de sobra.

Estuve en insta y en twitter un buen rato hasta que decidí dormir. Sin embargo, antes de apagar el móvil recibí un mensaje muy inesperado.

Álvaro 23:57Buenas noches❤️

Me quedé helada. Creí que me había dormido con el móvil encendido pero estaba claro que aquello no era un sueño. Estaba flipando.

Aquello, ¿qué narices significaba? ¿Qué debía sentir? ¿Alegría? ¿Confusión? ¿Miedo? ¿Sorpresa?

No lo sabía, pero aquella noche soñé con la primera vez que había hablado con Álvaro.

*FLASHBACK*

Era el cumpleaños de Thomas. Cumplía 14 años y había invitado a todos sus amigos a la bolera. Ya me había fijado en Álvaro al principio del curso, es decir, hacía cinco meses pero no me había atrevido a hablar con él.

Emma nos había llevado a la bolera y nos había dejado ahí jugando mientras ella daba una vuelta por las tiendas de alrededor.

Nos pusimos el calzado y comenzamos a jugar. Me sentía algo incómoda ya que nunca había hablado con nadie de los que estaban allí.

No era la única chica, pero las dos que estaban no me caían nada bien. No entendía porque Thomas las había invitado. Eran las típicas chicas que se contaban secretitos entre ellas y criticaban al que tenían enfrente. Quizás eran amigos pero yo no las aguantaba.

Los demás eran todos aquellos que poco después se apuntarían al equipo de fútbol del barrio. Empecé hablando con uno de si sabía mejor la pepsi o la cocacola y poco a poco fui desenvolviéndome más y acabé hablando con casi todos los que estaban allí.

Siempre me pasaba que al principio era algo tímida con quien no conocía pero en cuanto cogía un poco de confianza me soltaba del todo.

Recuerdo que les caí bien y que ellos me cayeron bien a mí. Fue el momento en el que comenzó mi amistad con los amigos de Thomas.

La partida continuó y poco a poco me fui sintiendo más a gusto. Había hablado con todos excepto con Álvaro y Diego, justo con los que más vergüenza me daba intercambiar alguna palabra. Me despreocupé y seguí jugando. No se me daba mal y cuando llegó la última tirada iba segunda. El primero era Álvaro que apenas me sacaba un par de puntos. Podía ganarle si hacía una buena tirada.

– Wow Álvaro. Ten cuidado que Val te gana – comentó un chico con el que estaba hablando cuando miró el contador.

Álvaro, que estaba sentado en el banco de enfrente, se me quedó mirando unos segundos que me parecieron eternos. Parecía que era la primera vez que se daba cuenta de mi existencia cuando había estado todo el rato prácticamente a su lado.

– Na, no lo creo – negó sin apartar la vista de la mía.

Se levantó porque era su turno. Cogió la bola y antes de lanzarla me echó una mirada que si no llegaba a estar sentada seguro que me caía. Todos estaban atentos a ver si el chico hacía un pleno mientras que yo estaba mirándole, pero pensando en lo guapo y perfecto que era.

Lanzó, pero no derribó todos los bolos. Tan solo le quedaron dos en el medio. Volvió a lanzar y consiguió hacer un semi pleno.

Se giró sobre los talones y yo le miré con los labios fruncidos, haciéndome la dura, cuando por dentro estaba temblando de la emoción. Hiciera lo que hiciera, Álvaro se había percatado de mi existencia y enseguida pensé en como sería nuestra primera cita y adónde iríamos de luna de miel.

Me levanté y me dirigí hacía él que estaba al lado de las bolas. Cogí una mientras evitaba mirarle fijamente. Si lo hacía, me desmayaría al instante. Logré encontrar una con la que pudiera lanzar y la cogí. Él seguía enfrente y notaba su mirada sobre mí. Levanté la vista para coincidir con la suya y se me revolvió el estómago.

¿Por qué me encantaba aquel chico? Ni si quiera tenía la tableta de chocolate.

– ¿Me vas a ganar? – preguntó enarcando una ceja.

– Puede ser – hablé con la voz un poco temblorosa. Carraspeé para aclararla – ¿Tu qué quieres que pase?

Se quedó callado mientras sonreía. ¿Enserio le acababa de decir aquello? Mi lengua hablaba por sí sola.

No dijo nada más y yo me dispuse a tirar. La bola fue recta y dios en el bolo de en medio derribando los demás al mismo tiempo.

Sonreí victoriosa y me giré hacia Álvaro que me observaba de brazos cruzados. Cogí otra bola y tiré de nuevo ya que era la última tirada. Esta vez tiré todos menos uno que en la tercera tirada logré derribar.

– Creo que alguien te ha ganado, Álvaro – canturreó Thomas pasándole el brazo por el cuello.

– Solo ha sido suerte – dijo intentando suavizar el dolor de su derrota.

– Mas quisieras – le respondí pasando por su lado casi rozando mi hombro con su pecho, momento en el que me dio un vuelco al corazón.

Me senté en mi sitio y los demás me felicitaron. Quedaba una partida pero yo ya había quedado satisfecha, no con la victoria, sino porque había ganado la atención de Álvaro Díaz.

*FIN DEL FLASHBACK*

🧡

Miércoles nuevo capítulo 😉

Mi Mejor Enemigo #MME3Kde žijí příběhy. Začni objevovat