CAPÍTULO 26

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Caminamos durante un buen rato, hombro con hombro. Me contó muchísimas cosas sobre él. Adoraba el fútbol pero también le encantaba el tenis y todos los fines de semana iba a jugarlo con su padre.

Me contó que tenía un hermano mayor que estaba estudiando en Inglaterra. Se llevaban bien pero debido a la distancia hablaban bastante poco en comparación con lo que les gustaría.

– ¿Y os parecéis? – pregunté fingiendo estar intrigada.

En verdad sabía de sobra que tenía un hermano porque había stalkeado miles de veces su instagram y miles de veces había visto una foto que tienen juntos. Y para aquellos que se lo preguntaban, sí, eran como dos gotas de agua. Sin embargo, no sabía que estaba estudiando en el extranjero.

– Compruébalo tú – sacó su móvil del bolso de su chaqueta y me enseñó una foto de él.

Estaba abrazado a un amigo – o aquello suponía – que parecía mucho más mayor que él y cada uno tenia una bebida en la mano. Parecía una cerveza, típica del Reino Unido.

– Sí que os parecéis, sí – me fijé más en la foto – ¿Cuántos años os lleváis?

– Seis – respondió – Lleva cuatro años allí. Suele venir en verano y en Navidad.

El modo en como lo decía daba a entender que lo echaba mucho de menos. Parecía que realmente sí se llevaban bien.

Asentí y me quedé viendo su móvil. No sabía el por qué pero su amigo me resultaba familiar. Era moreno, más alto que su hermano y tenía una mirada especial, o aquello me parecía a mí.

– Y el que está al lado, ¿es su amigo?

– Sí. Se fueron juntos. Él tenía un piso allí y mi hermano se fue a vivir con él. Aunque no sé si se siguen hablando. Mi hermano se mudó hace poco. Además, esta foto ya tiene años – apagó el móvil y lo guardó. Me quedé intrigada y al mismo tiempo curiosa pero no quise preguntar más.. Quizás lo conocía del barrio, de verlo por ahí. ¿La verdad? No tenía ni idea – Él es el listo de la familia y luego estoy yo, que intento aprobar a duras penas – rió quitándole hierro al asunto y yo hice lo mismo.

¿Por qué últimamente parecía conocer a todo el mundo? Primero la mujer de la carpeta que estaba en el despacho en casa de Álvaro y luego el amigo de su hermano. ¿Y por qué ambos tenían que ver con este chico? ¿Era una señal? Y si era así, ¿se trataba de una señal buena o una señal mala?

Sacudí la cabeza dejando a un lado mis pensamientos descabellados. Quizás era el cansancio de la semana e igual estaba delirando un poco y no conocía ni a aquella mujer ni a ese chico. Ahora debía estar concentrada en Álvaro y en este momento. No todos los días pasabas tiempo con tu crush.

– Te entiendo. Los estudios tampoco son lo mío.

– Ya... Pero sin embargo ayudas a Thom y a Cristian con las mates – me dijo elevando las cejas.

– Ah sí, eso. Bueno... Digamos que lo intento. Es de lo único que se me da más o menos bien.

– ¿Ah sí? – elevó las cejas – Pues igual tendrías que ayudarme a mí también. No voy muy sobrado con las funciones.

– Si vendrías no sería capaz de concentrarme.

Espera. ¿Lo había dicho en voz alta? Abrí los ojos completamente. Le miré. Él tenía una sonrisa enorme en a cara. Noté las mejillas calientes. Mierda.

– Quiero decir... – busqué la excusa perfecta y a cada segundo que pasaba me iba poniendo más nerviosa – Ya me cuesta concentrarme con estos dos como para que vengas tú y...

Mi Mejor Enemigo #MME3Where stories live. Discover now