El tiempo restante apenas hablé. Mi cabeza no paraba de pensar en Cristian y por qué me venían constantemente esos déjà vu sin imágenes ni sonidos ni personas.
Agradecí que él tampoco hablara y que guiara por dónde teníamos que ir porque en aquellos momentos apenas tenía cabeza para pensar en la Orientación.
Llegó la hora del descanso. Logramos acabar el mapa a tiempo y el profesor nos felicitó cuando le dimos las hojas. Después, Male, Thomas, Nora, Álvaro, Álex, Cristian y yo nos sentamos en la misma mesa para picar algo. Yo apenas tenía hambre y la mirada se me perdía en el vacío constantemente.
– Eh – me dijo Álvaro que estaba a mi lado. Apoyó su mano sobre la mía llamando mi atención al ver que no respondía – ¿Estás bien?
Sacudí la cabeza repetidas veces saliendo de mi trance. Lo dijo tan bajo que casi no le oí.
– Sí – respondí con una sonrisa débil – Estoy algo cansada. No estoy acostumbrada a correr tanto.
Soné tan convincente que hasta yo me lo creí cuando sabía de sobra que yo era como un terremoto, estuviera o no cansada.
Él me miró un par de segundos. O estaba esperando a que dijera la verdad o estaba examinándome para asegurarse de que no mentía.
– Si te pasa algo quiero que me lo cuentes – comentó inclinándose más hacia mí acercando su boca a mi oreja – No voy a permitir que te pase nada malo – susurró.
Su aliento chocó contra mi cuello y me hizo cosquillas. Se me pusieron los vellos de punta y sonreí. Me gustaba que Álvaro me tratara así, que se preocupara por mí.
– Estoy bien, tranquilo – entrelacé mi mano con la suya y le besé en los labios.
Los demás seguían hablando de ni si quiera sabía qué, pero intenté hacer que me interesaba la conversación cuando en verdad solo pensaba en Cristian y en por qué me venían recuerdos cuando le miraba directamente a los ojos.
Un rato después, Verónica se acercó a nuestra mesa y rodeo con su brazos a Álex. Él se asustó.
Noté como Nora y Malena se irguieron y se pusieron serias.
– ¿Sabíais que Álex es pésimo orientándose? – comentó entre risas – Si hubiera sido por él hubiéramos terminado en Portugal.
– Ja, ja. Que graciosa – contestó el chico irónicamente.
– Estábamos hablando de mañana – intervino Álvaro – Ya tengo comprado el alcohol.
– Uuuu – corearon la mayoría de los de la mesa y dieron unos cuantos golpes en ella celebrándolo.
– Tengo muchas ganas de que vengáis... – dijo la chica con una sonrisa – ...todos.
Todos sabíamos que con aquello se refería a mis amigas. Sin en embargo, el comentario no fue malsonante ni fue con segundas. Lo dijo con un tono amable y sincero.
– Ya veremos – contestó Nora mirándola con una sonrisa demasiado falsa que no duró más de un segundo.
– Bueno. Estoy segura de que lo vamos a pasar muy bien – sonrió de oreja a oreja – Álvaro. ¿Puedes venir un momento?
– Sí, claro – contestó y se levantó.
– Solo será un momento – dijo mirándome a mí.
– Todo el tiempo que quieras – le dije, ella se cogió del brazo de él y se fueron. Les miré hasta que los perdí de vista.
Malena gruñó.
– Buf. Es que no la aguanto – dijo apoyando los codos en la mesa y sujetándose la cabeza con las manos.
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Mi Mejor Enemigo #MME3
Teen FictionTercera parte de la trilogía MME ¿Y si te dijeran que debes cuidar a un crío muy inquieto de 10 años durante una semana? ¿Y si te obligaran a dar clases de matemáticas sin recibir nada a cambio? ¿Y si tuvieras que aguantar al tío más imbécil del ins...