CAPÍTULO 54

2.6K 211 29
                                    

Sábado. El día de la fiesta. Día de mandar todo a tomar por culo. Había estado toda la noche en vela pensando en las notas, en Álvaro, en los bloqueos mentales que me daban cuando miraba a Cristian directamente a los ojos, en los jéjà vu, en los ataques de pánico, en mis padres, en Liam, en Verónica... Nunca lo había pasado tan mal. Estaba harta de que de repente tuviera mil y un cosas de las que preocuparme cuando antes lo único que rondaba mi cabeza era el perfecto cuerpo y la perfecta cara de Álvaro y, ahora que estaba con él y podría disfrutar de ser su novia, ¿me pasaba todo aquello? Quería ser una adolescente normal y esa noche lo iba a ser.

Puse un punto y coma a todas mis preocupaciones. Me iba a olvidar de todo y lo iba a pasar bien. Thomas se fue hacia las 6 a su casa a prepararse y Dani pasó a por Liam sobre las 7:30.

– ¿Quién va a partir la pana esta noche? – gritó Dani mientras entraba en casa.

Sonreí.

– Una servidora – canturrée y él rió.

– Ven aquí – me acerqué a él y me abrazó.

–Gracias por traer a Liam ayer – dije mientras me separaba.

– No hay de qué. Es un trasto pero le queremos mucho.

– ¿Qué decís de mí? – irrumpió Liam asomándose por el pasillo.

– Que eres un ángel de niño – respondió Dani.

– Ah. Eso ya lo sé – los dos reímos.

Pasamos al salón y nos sentamos en el sofá.

– ¿Y de qué es la fiesta?

– De disfraces. Es en casa de una amiga.

– Wow. ¿Y de qué vas? – iba a responder pero él habló antes – Bueno. Qué pregunta más tonta. No necesitas disfraz porque eres horrible ya de por sí – abrí la boca ofendida y él me revolvió el pelo.

– Es Carnaval, no Halloween – respondí con una sonrisa – Y gracias por el cumplido. Nunca me habían hecho uno tan bonito.

– Para eso estamos – respondió – Ahora enserio.

– Voy de Sandy, la de Grease – se me dibujó una sonrisa en la cara al recordar que mi disfraz junto al de Álvaro iba a ser el mejor de toda la fiesta.

– Eso significa que hay un Danny – insinuó elevando una y otra vez las cejas.

– ¡Ay! Todos igual – exclamé – Pues no pienso contarte nada.

– No hace falta. Ya lo ha hecho Alba.

– ¡¿Qué?! – mi cara en aquel momento debía ser un cuadro.

– Hasta le ha stalkeado el Instagram – noté como un calor repentino subió hasta mis mejillas. Me tapé media cara con el cuello de la sudadera.

– No puede ser.

– Es Alba. ¿Qué te esperabas? Yo no le hubiera contado nada.

– ¿Y no te pusiste celoso? – bromeé.

– ¿Celoso de un crío de 16 años? Por favor – puso los ojos en blanco – Mírale a él y mírame a mí – se señaló con una mano – No hay comparación.

– Eso lo dirás tú.

– ¿Por qué siempre que entro en el salón está Val hablando de chicos? – Liam volvió a aparecer sin avisar – ¿Qué es que no hay más temas de conversación?

– ¿Y tú que es que no puedes dejar de escuchar conversaciones ajenas? – contraataqué.

Muchos no serán así, pero a mí me encantaba pelear con mi hermano y sobre todo picarle. Me hacía crecer como persona.

Mi Mejor Enemigo #MME3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora