CAPÍTULO 16

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¿Acaso Verónica Martín iba a aquella academia? ¿Acaso le gustaba tocar música y no solo escucharla? Estaba muy desconcertada en aquel momento, además de un tanto curiosa.

Si Melissa conocía su nombre significaba dos cosas: o que eran familia (que lo dudaba mucho) o que le daba clase de algo.

– Siento mucho interrumpir, de verdad, pero es que pasaba por aquí y oí tu voz, Valeria y... Madre mía – parecía que no fingía su admiración.

Le sonreí al mismo tiempo que notaba mis mejillas calientes.

Unos segundos más tarde me di cuenta de un detalle que Verónica había dicho: mi voz se oía fuera de la clase. Toda la vergüenza que sentía me subió a la cara. Seguramente, ya no tendría las mejillas rojas, sino moradas.

– De verdad, que no quería molestar – se disculpó de nuevo agradablemente – Pero enserio, deberías hacer algo con esa voz. Es espectacular.

– Ves, Val – Melissa se giró hacia mí – No soy la única que lo piensa – sonrió y solté un gran suspiro. En aquel momento quería que me tragara la tierra.

Cantar no me costaba nada. El problema era cantar para otras personas. El corazón se me ponía a mil y parecía que se me iba a salir del pecho. No era nada tímida, pero para esas cosas me moría de la vergüenza.

Mi madre cantaba muy bien, a pesar de que no lo hacía mucho. Lo más seguro que aquel don me vendría de ella, no de mi padre, estaba claro.

– ¿A qué has venido, Vero? – repitió Melissa – Hoy no te toca.

– Lo sé. Pero tuve que venir a pagar y de paso quería saludarte y comentarte un par de cosas – sonrió frunciendo los labios. Su voz sonaba igual que siempre, pero parecía que tenía un grado más de amabilidad. No sé, estoy acostumbrada a verla como la "no va a más" de mi curso y no como alguien que sabe hacer otras cosas interesantes y no solo subir fotos a Instagram – Pero veo que estás ocupada.

Me miró sonriente y una pregunta llegó a mi mente de inmediato: ¿por qué estaba siendo amable conmigo si estaba a muerte con mis mejores amigas?

Idiota, ¿no ves que ella no tuvo ningún problema contigo?

¿Pero tú quien te crees que eres para insultarme?

Soy tu conciencia hermana. Estoy aquí para liarte más el coco de lo que ya lo tienes.

Lo que me faltaba. Una doble mía.

Seremos buenas amigas, seguro. Como tú y Verónica.

¿Qué dices? ¿Verónica y yo? ¿Qué te has fumado?

– ¿Es rápido? – Verónica asintió – ¿Te importa Val? Será un momento.

– No, tranquila – dije notando como mi cara volvía adoptar mi color normal.

Se iba a levantar cuando Verónica la detuvo.

– Puede ser delante de ella – la detuvo extendiendo las manos. Llevaba una chaqueta de vestir verde arremangada, unos pitillos y una camiseta negra. También llevaba un anillo y varias pulseras de plata en cada muñeca. El pelo recogido en una cola de caballo alta y los labios pintados de rojo. Ese era su aspecto normal, pero había algo diferente en como la veía. Quizás fuese la amabilidad sincera que pocas veces mostraba – No es nada que tenga que ocultar a nadie. De hecho, igual me puede ayudar – añadió volviéndome a mirar a los ojos.

Fruncí el ceño muy confundida. ¿Desde cuándo el mundo giraba en sentido contrario? Cada cosa que salía por su boca me sorprendía aún más.

– Está bien. Adelante – habló Melissa recostándose en la silla y cruzando los brazos a la altura del estómago.

– Bueno. Mi hermana mayor se casa dentro de un mes, y he pensado que podría hacer algo especial para ella, como tocar varias piezas de canciones y cantarlas en la ceremonia – Melissa asintió lentamente. No sabía que Verónica tenía una hermana mayor. Pensaba que era hija única – Solamente quería comentártelo para ver su podías aconsejarme sobre lo que podría preparar e ir empezando. Cuanto antes mejor – frunció los labios unos segundos antes de acordarse de otra cosa – Ah, sí. Y pensé que también podrías buscarme a alguien más con quien actuar porque, bueno... Ya sabes, no es que sea muy tímida pero me da algo de corto salir yo sola a tocar y cantar delante de mi familia y amigos...

Así que Verónica Martín canta y toca un instrumento. ¡O quién sabe! Igual toca varios incluso. Lo raro es que no haya fardado de ello en sus redes sociales, y mira que publica hasta cuando va al baño...

Melissa volvió a asentir lentamente. Se giró para mirarme un par de segundos, después miró Verónica otro par y finalmente a mí de nuevo.

– Creo que harías muy buen dúo – dijo muy segura de ello. Parecía que ponía cada palabra en un pedestal.

– Yo también lo creo – asintió Verónica – No creo que nadie tenga mejor voz que la tuya, Valeria.

Espera... ¿Cuantos cumplidos me llevaba hechos? ¿3?

Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.

– ¿Qué tocas? – le pregunté curiosa apoyando las manos en las rodillas.

– El piano y algo de percusión – respondió orgullosa – También canto, bueno. Lo intento.

– Creo que podremos hacer cosas muy alucinantes juntas – concluyo Melissa – Solo si tú quieres, Val.

Ambas me miraron y por un momento me quedé en blanco.

En mi vida pensé que Verónica me iba a hablar y encima para proponerme cantar y tocar con ella en la boda de su hermana mayor, que no sabía que tenía. Y sé que todo esto ha sido casualidad, porque si no hubiera venido hoy a la academia cada una seguiría por su lado, como ha sido siempre.

No tenía decidido nada, porque la noticia me había pillado muy desprevenida, pero decidí dejarlo en un suspense.

– Tengo que pensarlo pero en cuanto lo decida os avisaré – declaré por fin y Verónica asintió repetidas veces.

Sacó su móvil mientras se acercaba a mí, tecleó un par de cosas en él y me lo tendió.

– Dame tu número, entonces. Así podremos hablar de ello si decides hacerlo – lo cogí y tecleé mi número en la pantalla del Iphone X. Como no... – Perfecto. Te llamaré para que me guardes – dijo cuando acabé. Apagó el móvil y lo guardó en el bolsillo de la chaqueta – Gracias por dejarme quedarme Melissa. Y Val, confío en ti – sonrió de oreja a oreja mostrando sus perfectos dientes blancos – Nos vemos mañana – nos guiñó un ojo y salió por donde había entrado.

– Vaya. No haces nada y todavía sales con trabajo – bromeó mi profesora y yo la miré con los ojos muy abiertos.

– Haré como que no lo he oído – respondí y rió.

Eso sí. Si se da el caso de que decido cantar y tocar con ella, me va a tener que dar algo como pago porque Valeria...

...no hace nada sin recibir algo a cambio. Ya lo sabemos, pesada. No hace falta que lo repitas una y otra vez.

Solo quería que quedara claro. ¡¿Ha quedado claro?!

Vete por ahí...

💜

Intentaré publicar un mini capítulo el fin de semana, aunque no aseguro que pueda hacerlo.

I will try it💞

Mi Mejor Enemigo #MME3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora