Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"

9. Nicolas Flamel.

Luego de cenar entre risa todos los invitados, a excepción de mi madre que se fue con Lily, nos dirigimos a la sala de Menesteres. Al entrar, el lugar se adaptó para nuestras necesidades. Para los adultos había cómodas habitaciones y para el resto un montón de literas y una cuna. Dejo al pequeño Teddy jugando con Luna, mientras que con Harry, Ron y Hermione nos alejamos a un rincón para hablar.

- Esto no está saliendo como esperaba - les digo enseguida - Comprendo que se preocupen, pero se están estresando demasiado.

- ¿Y qué planeas hacer? - me pregunta Ron.

- Eliminemos los horocrux que existen y después ir a la caza de... 

- Pensé que querías tomarte tu tiempo - comenta Harry.

- Y quiero hacerlo - le aseguro - Quiero conocer un poco más a mis abuelos y a nuestros hijos, pero...

- Entiendo tu preocupación - me dice Herms - Lo que paso al final de nuestro primer año, no le agradará a nadie y también sé que te preocupa su reacción con lo que hiciste al final de nuestro cuarto año.

- Eso destrozara a mi padre...

- Él lo entenderá - me interrumpe seguro Harry antes de sujetar mi mano - Estamos contigo, decidas lo que decidas.

- No sería justo para ti o para Neville - le respondo.

- ¿Ocurre algo querida? - me pregunta mi abuela junto con la de Harry que se acercaron hacia nosotros.

- Solo hablábamos acerca de lo que se enteraran y de como lo tomaran - le respondo - Me pongo en su lugar y los entiendo que no quieran no sucedieran, pero así tuvo que pasar y...

- Y ahora están aquí para cambiarlo todo - me interrumpe la abuela de Harry - Es duro y muy feo saber que tuvieron que sufrir y haber estado en peligro más de una vez, pero son increíblemente fuerte y siguen de pie.

-Debemos saber lo que pasaron para evitarlo a toda costa y tengan la adolescencia que merecen - nos dice mi abuela y miro al resto.

- Bien, seguiremos con esto hasta que alguno de nuestros padres decida matarnos por las cosas que hemos hecho - le digo.

No pude dormir demasiado en toda la noche, las pesadillas de la guerra todavía me persiguen. Harry se despertó en mi última pesadilla y me abrazo hasta la hora de levantarnos a desayunar. Intento con muchas ganas, poner buena cara para que el resto no se preocupara, pero eso no es sencillo.

- ¿Mamá, estás bien? - me pregunta Al.

- Sí, sigo con un poco de sueño.

-¿Segura? - me presiona Teddy.

- Ella estará bien muchachos, solo no tuvo una buena noche - les explica Harry - A todos nos pasa, pero con el tiempo irán desapareciendo.

- Prueba con una taza de chocolate caliente - me dice J.S. - Tú nos das eso cuando no podemos dormir y funciona bastante bien.

- Gracias por el consejo.

Los chicos en verdad me levantaron el ánimo, sobre todo el ver a mis padres hablando y regalándose sonrisas. Una vez que todos ya hemos terminado de desayunar, volví a transformar la sala en un lugar más cómodo.

- Yo quiero leer este - me pide Bill y le paso el libro - Capítulo siete: Nicolas Flamel.

Habían sido las mejores vacaciones de invierno. Mamá se puso sentimental en mi último día en casa. Pasamos la tarde haciendo nuestra actividad favorita... cocinar. Hicimos un poco de todo, galletas, pasteles y emparedados. Papá se encargo de hacerle un hechizo a todo lo empaquetado, para que se conservara como recién hecho. Luego, en la parada del tren, ambos me abrazaron como si no hubiese un mañana.