Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"

88. El huevo.

- Este será el último por hoy - les digo a todos.

- Pasame el libro Hannah - me dice Ginny - "El huevo"

- Rayos, Cedric vas a tener que dormir con tu varita en mano - le digo al recordar aquel día.

- ¿Crees que no lo sé? - me dice en cambio él - El resto de ese año no me despegue de ella.

- ¿Por qué? - le pregunta Teddy en un tono poco amistoso.

- Por un malentendido, nada más - le corto.

- ¿Es sobre ese día? - me pregunta Ginny con una sonrisa - ¿Diggory que flores quieres que te llevamos al funeral?

- ¡Ginny! - la regaño - Solo lee eso de una vez, ya suficiente tuve a Herms burlándose de mí.

- Fue divertido, además era para que veas el lado positivo de las cosas - me dijo ella.

- ¿Pueden empezar? - nos interrumpe papá - Quiero saber que te pasó.

- Lo dudo mucho, pero empieza Ginny.

El jueves por la tarde aprovecharía nuestras horas libres para descubrir el acertijo del huevo. Así que tomé el huevo, mi bolso y mi varita, para ir al lago.

- Godric, que ya es hora de que descifre la segunda prueba - le dije.

- Pues hazlo - me dijo cruzando sus brazos.

Varios se ríen por nuestra interacción.

- No iba a dejarles las cosas fáciles - les dice Godric.

- Sabemos que no - le dice Al.

- Sabías que ella era capaz de resolverlo si se lo proponía - le dice mi abuelo.

- Soy consciente de sus habilidades, solo debía concentrarse, pero no hacer lo que hizo - le responde y me mira serio.

- Ya han pasado años de eso y te pedí disculpas.

- Sigue Ginny - le pide James.

- ¿No me darás ni siquiera una mínima pista? - le pregunté y lo vi suspirar.

- Usa tu lógica, relaja tu mente y piensa en lo que ya sabes acerca del huevo.

No me lo haría fácil y entendía el porqué, como heredera tenía que saber como desenvolverme en este tipo de problemas por mi propia cuenta.

Tomé el huevo y comencé a caminar de un lado a otro.

- Igual que papá - me dice Leo.

- Me ayuda cuando tengo que pensar - le digo en cambio.

- Y es mejor no interrumpirla - agrega Harry y eso me hace reír.

- Esa vez no estaba pensando, intentaba calmarme porque estaba furiosa contigo.

- Todos nos dimos cuenta de eso - comenta Ron.

- Pero no duraron peleados... por suerte - agrega Herms.

¿Qué era lo que sabía acerca de él?

No mucho, sólo que era imposible comprender lo que decía, el sonido era muy similar a escuchar feroces gruñidos... ¡Gruñidos! Me detengo en seco para mirar al lago y la respuesta llegó rápidamente a mi cabeza.

- ¡Lo tengo! - le grité emocionada, mientras que me quitaba la capa y me lanzaba a las frías aguas.

- ¡Hannah! - me regañan más de una persona.