58. El rencor de Snape (parte 2)

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- Hasta ahora no pasado nada sobre Sev - nos dice Lily.

- Eso es lo que se viene ahora - le responde Harry - Y sabrán algo que hubiese sucedido este año.

- Y de ahí su rencor - agrega Herms.

Por cualquier sitio por el que pasáramos al día siguiente encontrábamos medidas de seguridad más rigurosas. El profesor Flitwick instruye a las puertas principales para que reconocieran una foto de Sirius Black. Filch iba por los pasillos, tapándolo todo con tablas, desde las pequeñas grietas de las paredes hasta las ratoneras. Sir Cadogan fue despedido. Lo devolvieron al solitario descansillo del piso séptimo y lo reemplazó la señora gorda. Había sido restaurada magistralmente, pero continuaba muy nerviosa, y accedió a regresar a su trabajo sólo si contaba con protección. Contrataron a un grupo de hoscos troles de seguridad para protegerla. Recorrían el pasillo formando un grupo amenazador; hablando entre gruñidos y comparando el tamaño de sus porras. 

- Hubiese podido con ellos y además, me conozco el Colegio mejor que Filch.

- Si, pero nadie sabía de tus trucos o como te escapaste de Azkaban - le digo en cambio - Debieron recordar que eres muy persistente cuando te lo propones.

Con Harry no podíamos dejar de notar que la estatua de la bruja tuerta del tercer piso seguía sin protección y despejada. Parecía que Fred y George estaban en lo cierto al pensar que ellos, y ahora con Harry, Ron y Hermione, éramos los únicos que sabíamos que allí estaba la entrada de un pasadizo secreto. 

—¿Crees que deberíamos decírselo a alguien? — le preguntó Harry a Ron. 

—Sabemos que no entra por Honeydukes — le dijo Ron — Si hubieran forzado la entrada de la tienda, lo habríamos oído.

- Tuvieron que haberlo notificado - nos regaña McGonagall.

- Muy cierto Profesora, pero...

- éramos inmaduros - completa Hermione la frase de Ron.

Harry se alegró de que Ron lo viera así. Si la bruja tuerta se tapara también con tablas, el intruso ya no podría volver a Hogsmeade. Ron se convirtió de repente en una celebridad. Aunque seguía asustado por lo de aquella noche, le encantaba contarle a todo el mundo los por menores de lo ocurrido.

— Estaba dormido y oí rasgar las cortinas, pero creí que ocurría en un sueño. Entonces sentí una corriente... Me desperté y vi que una de las cortinas de mi cama estaba caída... Me di la vuelta y lo vi ante mí, como un esqueleto, con toneladas de pelo muy sucio... empuñando un cuchillo largo y tremendo, debía de medir treinta centímetros, me miraba, lo miré, entonces grité y salió huyendo.

—Pero ¿por qué se fue? — le preguntó Ron a Harry cuando se marchaeon las chicas de segundo que lo habían estado escuchando.

Me preguntaba lo mismo. ¿Por qué Black, que se había equivocado de cama, no había decidido silenciar a Ron y luego dirigirse hacia la de Harry? Black había demostrado doce años antes que no le importa matar a personas inocentes, y en aquella ocasión se enfrento a cinco chavales indefensos, cuatro de los cuales estaban dormidos. Eso dejaba más claro mi punto de que era inocente.

- Si me llegó a meter en problemas algún día, quiero que seas mi defensora - me dice Sirius.

- Me voy a encargar de que no te metas en problemas - le dice la Señora Potter.

- Evita que pongan tu cara en los carteles de "se busca" no es fácil la vida del fugitivo - le respondo.

- Suena a que saben lo que se siente - me dice mi padre.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now