Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"

46. Dementor (parte 1)

Cuando todos comienzan a comer, el bebé se remueve inquieto en los brazos de Harry, su cabello va cambiando por un torna rosa.

- Hann...

- Estoy en eso - le digo a Harry buscando mi bolso - Vayamos a cambiarlo y hacerlo dormir.

- ¿No almorzaran? - nos pregunta J.S.

- Comeremos algo mientras lean el próximo capítulo - le respondo y el bebé comienza a llorar - Volveremos en un rato.

Harry lo intenta calmar, mientras que preparo todo para cambiarle el pañal. El pequeño no ha dejado de llorar y me apresuro por cambiarlo, en tanto Harry le prepara su biberón.

- Tranquilo Teddy, tranquilo bebé - le pido en un tono calmo y una vez ya listo lo levantó - Me parece que alguien tiene hambre y sueño.

- No lo culpo - me dice Harry y me entrega el biberón.

- Momentos como estos me recuerdan a nuestros primeros días conviviendo los tres - le comento mientras que me aseguró que Teddy se esté alimentando bien.

- Suerte que tú tenías más experiencia - me dice divertido - De lo contrario los tres hubiésemos llorado ese día.

- Aunque hay que admitir que este pequeño nos ayudó a sobrellevar la guerra - le digo y sonrío cuando Harry acaricia su cabello azul.

- No será fácil separarnos de él al regresar - comenta lo que ha estado rondando en mi cabeza.

- Estamos haciendo lo correcto y merece crecer con sus padres - le digo - Y lo visitaremos seguido, no tengo planeado alejarme de él.

- Ni yo - admite y besa mi frente y toma el biberón vacío.

Mientras que él guarda todo, enderezo al bebé para palmear su espalda y mecerlo hasta que queda dormido. Es un pequeño Ángel.

Al volver al gran Comedor, los sillones ya están preparados y sólo están esperando por nosotros.

- Cargare al pequeño para que puedan comer - me dice Remus.

- Claro, no se despertará por un buen rato - le digo pasándoselo con cuidado.

- Mamá Hann - me llama la versión adulta - Les guarde algo para que coman.

Al lado de nuestro sillón se encuentra una pequeña mesa con dos platos con emparedados y copas con jugo.

- Se ve delicioso, gracias Teddy - le dice Harry.

- Gracias corazón, estoy hambrienta - le respondo y le doy un beso en la mejilla - ¿Quién leerá este capítulo?

- Yo lo hago - me dice Bill y se lo paso - Capítulo tres: Dementor.

- Díganme qué sólo es por qué se hará una referencia de ellos - me pide mi padre.

- Algo así, pero no te preocupes - le digo con calma.

Hermione me despertó, para que bajáramos a desayunar antes de partir.
Comimos en medio de una ruidosa charla, aunque notaba bastante taciturno a Harry.

Todos estaban muy ocupados bajando los baúles por la estrecha escalera del Caldero Chorreante y apilándolos en la puerta, con Hedwig y Hermes, la lechuza de Percy, encaramadas en sus jaulas. Al lado de los baúles había un pequeño cesto de mimbre que bufaba ruidosamente.

—Vale, Crookshanks — susurró Hermione a través del mimbre —, te dejaré salir en el tren.

—No lo harás — dijo Ron terminantemente — ¿Y la pobre Scabbers?