.98. El suero de la verdad.

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Harry se llevó al bebé por un cambio, mientras que lo espero solo miro mi plato, hay demasiadas preocupaciones dentro de mi cabeza. Los peligros tal vez hayan pasado, pero no los problemas.

- ¿Estás bien? - me pregunta Harry sacandome de mis pensamientos.

- Sabes que no - le respondo en un susurro - Espero que este día termine mejor de lo que creo.

- No te preocupes, es necesario que lo sepan y van a entenderlo con el tiempo - me dice y apoyo mi frente en su hombro.

- No me dejes sola...

- Sabes que jamás lo haría - me dice al besar mi frente.

- Hanny, ¿Sucede algo? - papá se acerca a nosotros.

- Cansancio, estrés y preocupación - le respondo sin mentirle - Quiero esto acabe.

- Te noto muy tensa - me dice mamá - Mañana podríamos tomarnos la mañana para que me enseñes la parte bonita de ese bosque.

- Me encantaría, tal vez podríamos ver algún unicornio - le digo a ella con un mejor humor - Solo hay que sobrevivir este día.

Cuando todos ya han terminado, preparo la sala para que comencemos con la lectura.

- Yo leeré este - me dice Ginny.

- De acuerdo - le digo y se lo paso.

- "El suero de la verdad"

- ¿Lo usaron contra el infiltrado? - me pregunta James.

- Vaya que sí - le digo.

- Sirvió para llenar todos los huecos en blanco - agrega Harry.

Con Harry caímos de bruces, y el olor del césped me penetró por la nariz. Había cerrado los ojos mientras el traslador nos transportaba, y seguía sin abrirlos. No me moví. Parecía que me hubieran cortado el aire. La cabeza me daba vueltas sin parar, y me sentía como si el suelo en que yacía fuera la cubierta de un barco. Para sujetarme, se aferre con más fuerza a las dos cosas que estaba agarrando: la mano de Harry, y el brazo de Cedric.

El estrépito me ensordeció y me dejó más confundida: había voces por todas partes, pisadas, gritos... Permanecí donde estaba, con el rostro contraído, como si fuera una pesadilla que pasaría...

- ¿Estaban en shock? - nos pregunta Al.

- Sí, fue como que toda esa presión se rompiera y nos abrumara - le intentó explicar.

- Y el golpe de adrenalina también se esfumaba y empezábamos a caer en la cuenta de todo lo que habíamos pasado - agrega Harry.

Un par de manos me agarraron con fuerza y me volvieron boca arriba.

—¡Hannah!, ¡Hannah!

Abrí los ojos.

Miré al cielo estrellado, papá y Albus Dumbledore se encontraban a nuestro lado, agachados. Nos rodeaban las sombras oscuras de una densa multitud de personas que se empujaban en el intento de acercarse más.

Habíamos regresado al borde del laberinto. Podía ver las gradas que se elevaban por encima de nosotros, las formas de la gente que se movía por ellas, y las estrellas en lo alto.

Harry soltó mi mano, pero agarré a Cedric aún con más fuerza. En mi cabeza llegó de golpe la realidad y que mi prioridad era terminar de salvar su vida.

- Gracias por eso...

- Vamos Cedric, deja de agradecer - lo interrumpo - Sabes que no es necesario.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora