Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"

36. Aragog (parte 1)

El día amaneció con lluvia.

El bebé también parece estar intranquilo. Harry lo llevó al comedor, mientras me terminaba de alistarme. Hoy será un día duro para todos.

El llanto del pequeño se oye claramente desde el pasillo. Mi abuela, la de Harry y Molly, buscan calmarlos, pero el pequeño solo no deja de llorar.

- Teddy, has algo - le dice J. S al adolescente - Eres tú, deberías saber que hacer.

- ¡Pues no sé! - le responde cambiando el color de su cabello por uno rosa.

- Estar alterados no ayuda en nada - les digo y les pido el pequeño a las mujeres - Ya cariño, todo esta bien.

El bebé disminuye su llanto cuando lo abrazo y acaricio su espalda. Su cabello vuelve a su azul al tranquilizarse.

- En nombre de todos... Gracias - me dice J. S - El pequeñajo tiene buenos pulmones.

- James... - lo regaño - Los bebés son más sensibles a las emociones de las personas que lo rodean... y nosotros no estamos muy calmados.

- Creo... creo que estamos siendo demasiados duros con ustedes - me dice mi papá - Son adultos... pero siguen siendo nuestros hijos...

- Lo que quiere decir Freddy es que no nos parece justo, los peligros que tuvieron que pasar - agrega Lily.

- Estábamos destinado a eso, al menos yo por una profecía y Hannah por ser la heredera de Gryffindor - le explica Harry, pasando su brazo por mis hombros - Y Ron y Hermione, nunca nos abandonaron.

- ¿Una profecía? ¿Cuál profecía? - le pregunta James.

- Ya lo sabrán en su debido momento, solo les pedimos que lo tomen con más calma porque hemos salido vivos de eso.

- Yo leere el siguiente capítulo - me dice la abuela de Neville y se lo pasó - El capítulo se llama Aragog...

- No sé en que estaba pensando para enviarlos con él - nos dice Hagrid.

- Honestamente, yo tampoco lo sé  - le dice Ron - Pero al menos ya sabes que salimos vivos de esa.

- Suena extraño que lo digan con tanta naturalidad - comenta Sirius.

- Porque eso se hizo habitual con el paso de los años - le respondo.

El verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo. El cielo y el lago se volvían del mismo azul claro y en los invernaderos brotaban flores como repollos. Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, ese paisaje no nos gustaba; y lo mismo podía decirse del interior del castillo, donde las cosas iban de mal en peor.

Con Harry y Ron habíamos intentado visitar a Hermione, pero incluso las visitas a la enfermería estaban prohibidas.

- No podemos correr más riesgos - nos dijo severamente la señora Pomfrey a través de la puerta entreabierta - No, lo siento, hay demasiado peligro de que pueda volver el agresor para acabar con esta gente.

Ahora que Dumbledore no estaba, el miedo se había extendido más aún, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas con parteluz. Apenas se veía en el colegio un rostro que no expresara tensión y preocupación, y si sonaba alguna risa en los corredores, parecía estridente y antinatural, y enseguida era reprimida.

- Eso suena horrible - comenta Bill.

- Pues... con tantos ataques y si en el Profesor en el castillo, todos estábamos preocupado y con mucho temor - le responde Cedric.