.96. Los Mortifagos.

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- Pásame el libro - le pide Cedric a Charlie - Yo leeré el siguiente Hann.

- De acuerdo, leeremos este y luego almorzaremos - les digo a todos y cada vez me agrada menos que ellos escuchen esto.

- Mamá...

- No quiero que escuchen ninguno de los siguientes capítulos, con Harry aún nos cuesta lidiar con esos recuerdos - les digo al interrumpir a J.S - Pero también es muy importante que lo sepan.

- Estamos juntos - me dice Harry para calmarme - Empieza Cedric.

- "Los Mortífagos"

- Ahora vas a poder extender esa lista - le digo a Moody.

- Sospecho que no me voy a sorprender con esos nombres - me responde él.

- Muchos de aquí tampoco les sorprenderá - le asegura Harry.

Voldemort apartó la vista de Harry y empezó a examinar su propio cuerpo.

Las manos eran como grandes arañas blancas; con los largos dedos se acarició el pecho, los brazos, la cara. Los rojos ojos, cuyas pupilas eran alargadas como las de un gato, refulgieron en la oscuridad. Levantó las manos y flexionó los dedos con expresión embelesada y exultante. No hizo el menor caso de Colagusano, que se retorcía sangrando por el suelo, ni de la enorme serpiente, que otra vez había aparecido y daba vueltas alrededor de Harry, emitiendo sutiles silbidos. Voldemort deslizó una de aquellas manos de dedos anormalmente largos en un bolsillo de la túnica, y sacó una varita mágica.

- Al menos sabemos que ese idiota sufrió un buen rato - nos dice James molesto y mira a su hijo - Lo que no me agrada es esa enorme serpiente cerca tuyo.

- ¿Es por qué en tu sueño él le había dicho que iba poder comerte? - le pregunta Lily con su voz temblando.

- Sí, es por eso - le responde Harry - Esperaba su señal.

- Por Merlín...

- Tranquilas - les pide él a su abuela y a su madre - La serpiente también está muerta.

También la acarició suavemente, y luego la levantó y apuntó con ella a
Colagusano, que se elevó en el aire y fue a estrellarse contra la tumba a la que Harry estaba atado. Cayó a sus pies y quedó allí, desmadejado y llorando.

Voldemort volvió hacia Harry sus rojos ojos, y soltó una risa sin alegría, fría, aguda.

La túnica de Colagusano tenía manchas sanguinolentas, pues éste se había envuelto con ella el muñón del brazo.

—Señor... — rogó con voz ahogada —, señor... me prometió... me
prometió...

— Levanta el brazo — dijo Voldemort con desgana.

—¡Ah, señor... gracias, señor...!

Alargó el muñón ensangrentado, pero Voldemort volvió a reírse.

—¡El otro brazo, Colagusano!

—Amo, por favor... por favor...

Voldemort se inclinó hacia él y tiró de su brazo izquierdo. Le retiró la
manga por encima del codo, y  vi algo en la piel, algo como un tatuaje de color rojo intenso: una calavera con una serpiente que le salía de la boca, la misma imagen que había aparecido en el cielo en los Mundiales de quidditch: la Marca Tenebrosa. Voldemort la examinó cuidadosamente, sin hacer caso del
llanto incontrolable de Colagusano.

- ¿Todos sus seguidores tienen la marca en el mismo lugar? - nos pregunta Moody.

- Por lo que sabemos es así - le responde Harry.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now