25. Inscripciones en la pared (parte 1)

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- Era un niño idiota ese año...

-¿Solo ese año? - le pregunta Ron y se gana un codazo por parte de Hermione - Bien, lo siento. Sigo adaptándome.

- ¿Cuánto falta para que se termine este libro? me pregunta James.

- No hemos llegado ni a la mitad - le respondo.

- Voy envejecer por su culpa - nos dice queriendo bromear.

- ¿Alguien se ofrece a leer el siguiente?

- Me gustaría hacerlo - me dice Alice y se lo paso - "Inscripciones en la pared"

- Suena alentador - comenta Molly.

- Les aseguro un capítulo tranquilo, veremos como de a poco se despierta nuestra curiosidad, pero sin hacer ninguna locura...

- Por el momento - finaliza mi padre con un suspiro - Tengo dieciséis y me siento como si fuera tu padre de cuarenta al preocuparme.

- En realidad, mis padres de mi tiempo... los primeros años se lo han tomado mejor que ustedes, pero creo que se debe a que no sabían tantos detalles o porque mi papá me conoce y sabe como soy.

- Gracias por eso.

- Hasta hace una semana desconocías de mi futura existencia - le digo en cambio al verlo ofendido - Y ten en claro, soy la nena mimada de papá, lo puedes ver en los libros y ellos te lo pueden afirmar - agrego.

- Será mejor que comencemos a leer - sugiere Harry.

—¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?

Atraído sin duda por el grito de Malfoy, Argus Filch se abrió paso a empujones. Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara.

—¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? — chillaba. Con los ojos fuera de las órbitas, se fijó en Harry—. ¡Tú! — chilló — ¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!

— ¡Argus!

Había llegado Dumbledore, seguido de otros profesores. En unos segundos, pasó por delante de nosotros y sacó a la Señora Norris de la argolla y aproveché para guardar mi varita.

- ¿Sacaste tu varita? - me pregunta Ron - Ni siquiera lo note.

- El hombre no estaba en sus cabales y si se acercaba a nosotros con malas intenciones... yo lo iba a alejar - le respondo.

- Esa es mi leona - me felicita Godric.

- Nunca dejas de sorprenderme - me comenta Harry.

- Esperemos que no - le digo en cambio.

—Ven conmigo, Argus — le dijo a Filch — Ustedes también, Potter, Weasley, Granger y Gryffindor.

Lockhart se adelantó algo asustado.

—Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.

—Gracias, Gilderoy — respondió Dumbledore.

La silenciosa multitud se apartó para darnos paso. Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la profesora McGonagall y el profesor Snape.

- Que Minnie lo siga está bien, es la vice directora, de Snape supongo que tiene años trabajando ahí - comenta Sirius - Pero ese idiota se da demasiada importancia.

- No tienes idea - le dice Ron - Espera a escuchar todo lo que hace el resto del año.

Cuando entramos en el oscuro despacho de Lockhart, hubo un gran revuelo en las paredes; Me do cuenta de que algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la vista, porque llevaban los rulos puestos. El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now