10. Norberto, el ridgeback noruego.

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- Capítulo ocho: Norbeto, el ridgeback noruego - lee Charlie.

-¿Tuvieron un dragón? - me pregunta alarmado mi padre.

- Nos vimos involucrados en la crianza de uno, nosotros no lo buscamos - les aclara Ron.

- Ustedes me infartaran - nos dice Molly meciendo al pequeño Percy.

- Posiblemente.

Más extraño que la amistad entre una leona y una serpiente, fue la reacción de los gemelos "mamás gallinas" Weasley. Aprendí muchas maldiciones ese día, que no había escuchado antes y que dudaba mucho que fuera a repetirlas. 

- En nuestra defensa - comienza Fred.

- Estabamos muy molestos - termina George.

- Sí. pero no por eso debían estar diciendo esas cosas delante de niños de once  - los regaña Bill.

Estaban enfurecidos y eso que solo apenas se notaba el golpe en ese momento. No me sorprendió en nada que al día siguiente, toda la mesa de Slytherin fuera cubierta por un humo de color verde a causa de las bombas fétidas. Reconozco que estuvieron geniales y al menos nadie sale herido.

Sin embargo, estábamos preocupados por el profesor Quirrell, que debía de ser más valiente de lo que habíamos pensado. En las semanas que siguieron, se iba po­niendo cada vez más delgado y pálido, pero no parece que su voluntad haya cedido.

Cada vez que pasamos por el pasillo del tercer piso, con Harry, Ron y Hermione, apoyábamos las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estuviera gruñendo, allí dentro. 

-¡Están locos o qué les pasa? - nos dice Sirius - ¿Volvían a acercarse a esa bestia?

-Solo nos asegurábamos que no hubieran robado la piedra - le responde Harry.

- Ese no era su trabajo - nos dice en cambio Lily.

- Nosotros sentíamos que sí lo era.

Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que la Piedra estaba a salvo.

Hermione, sin embargo, tiene en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal. Había comenzado a hacer ho­rarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes. A Harry y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo. Yo solo me dedicaba a ver como los regañaba, gracias a que le seguía perfectamente el paso del estudio.

- Suenan como Evans y Lupin - comenta Sirius.

- Nos gusta estar preparados - le responde ella.

- A nosotros igual, pero no por eso nos encerramos a estudiar.

- No les vendría mal, a ver si dejan de meterse en tantos problemas - le dice la Señora Potter.

- No tiene nada que ver madre, mira como ellos cuatro estudiaban e igual se metían en problemas constantemente - le responde James.

—Hermione, faltan siglos para los exámenes.

—Diez semanas — replicó Hermione — Eso no son si­glos, es un segundo para Nicolás Flamel.

—Pero nosotros no tenemos seiscientos años — le recordó Ron — De todos modos, ¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?

—¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año? Son muy importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó...

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora