85. Una prueba inesperda.

3.2K 265 144
                                    

Me despierto primera al oír los balbuceos de molestia por parte del pequeño. Con una sonrisa lo levanto y se calma. La mayoría comienza a levantarse, pero algo llama mi atención. Harry y J.S están durmiendo en el suelo cubiertos de tierra y algunos raspones con sangre seca.

Ahora recuerdo que anoche ambos se fueron al campo de quidditch a soltar algunas snitch para jugar, pero no esperaba que regresaran así.

Mi hermano suelta una ligera risa a mi lado y le paso al bebé.

- Cubre sus oídos - le pido y espero a que lo haga - ¡Potter!

- ¡Yo no lo hice mamá!

- ¡Hannah!

Los dos se despertaron sobresaltado y empujando al otro. Son dos malditas gotas de agua.

- ¿Me pueden explicar que rayos le pasó? - les pregunto cruzando mis brazos.

- Esa es una pregunta habitual que les harás a ambos - comenta Al llegando a mi lado.

- No ayudas en nada - le dice J.S. - Papá te explicará que pasó.

- Si mal no recuerdo fue tu culpa - le dice Harry - Le iba ganando y cuando iba por la última, se cruzó adelante mío y no me dio tiempo a esquivarlo, chocamos y nos caímos. Solo nos hicimos estos raspones.

- Se supones que eres el adulto - le digo a Harry para luego mirar a J.S - Ambos fueron muy imprudentes, pudo haber sido peor - agrego - Más les vale estar limpios en el comedor en veinte minutos y pobre de ustedes si mi escoba está dañada.

Tome al bebé y su bolso para irme al comedor.

- ¿Mi hijo y mi nieto? - me pregunta James al no verlos.

- Hicieron enojar a mamá Hann desde temprano - le responde Teddy - Un día normal en casa.

- ¿Qué fue lo que hicieron?- me pregunta Lily.

- Lo verás cuando venga - le digo dandole el biberón al sonriente bebé.

Ambos aparecen puntuales en el comedor y van directo a mí para rodearme, cada uno besa mi mejilla.

- Lo sentimos.

- Sospecho que voy a escuchar muchas veces - les digo a ambos - Coman algo y comportense.

Lily regaño a ambos, hasta que James se quejó porque no lo invitaron y entonces también fue regañado.

- ¿Quién quiere leer? - les pregunto mientras que con Harry y el bebé nos acomodamos en nuestro sillón.

- Yo quiero leer - me dice Lily y se lo paso - "Una prueba inesperada"

- ¿A qué se refieren? - me pregunta mi padre.

- Al baile, o mejor dicho, previo a eso - le responde Harry - Niños, es probable que si vayan a necesitar terapia.

- Yo creo que sí - le dice Ron.

-¡Potter!, ¡Weasley!, ¿quieren atender?

La irritada voz de la profesora McGonagall restalló como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Harry como Ron se
sobresaltaron.

La clase estaba acabando. Habíamos terminado el trabajo: las gallinas de Guinea que habíamos estado transformando en conejillos de Indias estaban guardadas en una jaula grande colocada sobre la mesa de la profesora McGonagall y habíamos copiado de la pizarra el enunciado de sus deberes («Describe, poniendo varios ejemplos, en qué deben modificarse los encantamientos transformadores al llevar a cabo
cambios en especies híbridas»). La campana iba a sonar de un momento a otro. Cuando Harry y Ron, que habían estado luchando con dos de las varitas de pega de Fred y George a modo de espadas, levantaron la vista, Ron sujetaba un loro de hojalata, y Harry, una merluza de goma.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now