.80. Los cinco campeones.

3.2K 250 68
                                    

- ¿Cómo lo tomaron? - nos pregunta el abuelo de Harry.

- Bueno... Estaba shoqueado un poco, no sabía que pensar - le responde él.

- Estaba igual que él hasta que dijeron que debíamos participar y tal vez enloquecí un poquito - agrego.

- ¿Un poquito? - me dice Cedric divertido - Yo creo que fue algo más que un poquito.

- Bueno, pero no ayudaba en nada que no nos creyeran - le digo en cambio.

- ¿Esnserio creyeron que ustedes podrían ser capaz de algo así? - nos pregunta mamá.

- Casi todo el mundo no nos creyó - le respondo - Solo papá, Godric, Sirius, Remus,  la Profesora McGonagall y Dumbledore.

- ¿Ustedes no? - les pregunta Leo a Ron y a Hermione.

- No al principio - le dice Herms - Y eso fue un golpe en nuestra amistad.

- Sí que lo fue, pero lo arreglamos - le dice Harry.

- Al, comienza a leer.

- "Los cinco campeones"

Con Harry permanecimos sentados, consciente de que todos cuantos estaban en el Gran Comedor nos miraban. Me sentía aturdida, atontada. Debía de estar soñando y probablemente teniendo una pesadilla. O no había oído bien. Nadie aplaudía. Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón. Algunos alumnos se levantaban para vernos mejor.

En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo.

Con Harry nos volvimos hacia Ron y Hermione. Más allá de ellos, vi que todos los demás ocupantes de la larga mesa de Gryffindor nos miraban con la boca abierta.

—Yo no puse mi nombre — dijo Harry, totalmente confuso —. Ustedes lo saben.

- Yo lo sé - le respondí - Yo no le haría esto a mi familia.

- Hanny lo sabemos - me dice Leo.

- Y también confiamos en ti Harry, por más que seas mi hijo - le dice James y nos hace reír.

- Pero se tenían el uno al otro - me dice mi abuela.

- Eso nos hacía más fuerte - le responde Harry.

Uno y otro nos devolvieron la misma mirada de aturdimiento. En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.

—¡Harry Potter! ¡Hannah Gryffindor! — nos llamó —. ¡Hannah! ¡Harry! ¡Levántense y vengan aquí, por favor!

—Vayan — nos susurró Hermione, dándole a Harry un leve empujón.

Con Harry nos pusimos de pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Avanzamos por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. Me pareció un camino larguísimo. La mesa de los profesores no parecía hallarse más cerca aunque caminaramos hacia ella, y notaba la mirada de cientos y cientos de ojos, como si cada uno de ellos fuera un reflector. El zumbido se hacía cada vez más fuerte. Después de lo que me pareció una hora, se hallabamos delante de Dumbledore y noté las miradas de todos los profesores.

- Parece que están yendo a la horca - nos dice Sirius.

- Creo que el sentimiento era el mismo - le respondo.

- Todos nos veían sin poder creerlo y era muy probable que nos estuvieran insultando - agrega Harry.

- ¿Muy probable? - le digo en cambio - Nos lo dijeron, aunque se habían empeñado más contigo.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora