.82. El colacuerno húngaro.

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- Teddy, dale el libro a Charlie - le digo cuando lo cierra.

El pelirojo a leer el título, comprende porqué lo elegí.

- Creo que lo mejor será que les tapen los oídos a los pequeños - comenta Charlie y Harry no duda en hacerlo - "El colacuerno húngaro"

Procesan sus palabras por un momento, hasta que...

- ¡Drágones!

- ¡¿Cómo qué drágones?! - agrega mi madre.

- ¿Dime que es uno para los cinco? - me pregunta papá.

- No, había uno para cada uno de distintas especie - le respondo y noto Teddy bebé, está cambiando su cabello a rosa con su labio temblando haciendo un puchero de advertencia - Sé que no les agrada, pero no griten, a menos por él.

- Tranquilo pequeño - le dice Harry acomodanlo de costado para que lo vea y le acaricia su cabello hasta que regresa a su azul habitual - Escuchen antes de enloquecer.

- Estamos hablando de drágones - le responde Lily.

- Recuerda que no es le primero y tampoco será el último con el que nos enfrentemos - le dice en cambio jugando con sus manos y la del bebé - Van a saber que no fue fácil y tuvimos miedo, pero salimos vivos.

- Pero si esa es la primera prueba...

- La segunda fue un poco más fácil y en cuento a la tercera... Esa cambio todo - le digo a mi madre - Pero aquí estamos todos.

- Charlie, empieza - le pide Ron, para detener la conversación y se lo agradecemos.

La perspectiva de hablar cara a cara con Sirius fue lo único que ayudó a Harry a pasar las siguientes dos semanas, la única luz en un horizonte que nunca había estado tan oscuro. Se le había pasado ya un poco el horror de verse a sí mismo convertido en campeón del colegio, y su lugar empezaba a ocuparlo el miedo a las pruebas a las que tendría que enfrentarse. La primera de ellas estaba cada vez más cerca.

Godric se empecinaba en que aprendieramos más del libro rojo de combate, eso era increíble, pero agotador. Aunque también avanzamos con el verde y conseguí una poción que podría ayudar a mi madre. Todos los ingredientes se los pedí a papá en una carta, quisó saber para que era, pero preferí que sea una sorpresa e igual me envió todo.

- Suena todo muy agotador - comenta Remus.

- Dormía toda la noche, sino fuera que Hermione me despertaba, seguía durmiendo - le cuento.

- Diría que lo siento, pero necesitabas saber todo eso - me dice Godric.

- No me quejo, sabes que disfruto aprendiendo cosas nuevas y me tenías mucha paciencia - le respondo.

- Son buen equipo - comenta mi abuela.

- Suelo sacarlo de quicio a menudo, pero somos muy parecido - le digo divertida.

- Corrección, no me sacas de quicio, tú me provocas infartos y todavía no sé como eso puede ser posible - me dice en cambio Godric.

- Es un misterio de la vida...

- Ambos sabemos que no es así.

Harry le mandó la respuesta diciéndole que se encontraría al lado de la chimenea de la sala común a la hora propuesta, y que con Hermione y él pasabamos mucho tiempo discutiendo planes para obligar a los posibles rezagados a salir de allí la noche en cuestión. En el peor de los casos, estabamos dispuestos a tirar una bolsa de bombas fétidas, aunque esperabamos no tener que recurrir a nada de eso, porque si Filch nos pillaba nos despellejaría.

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now