Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"

60. La profecía de la Profesora Trelawney.

- Ayer si que fue intenso - me dice Harry mientras que caminamos hacia el gran salón a desayunar - ¿Cómo te sientes?

- No me gustó tener ese enfrentamiento con mi madre - le respondo.

- Lo sé, pero ellos aún no lo comprenden y sólo tienen miedo por algo que no volverá a ocurrir - me dice en cambio tomando mi mano - Hoy les toca los regaño a los Merodeadores.

- Tu abuela los matará - le respondo riendo.

Entramos riendo, observamos a todos comiendo y nos acercamos a nuestros amigos. Herms hoy quiso encargarse de Teddy y ahora le está terminando de dar su biberón.

- Aquí estas pequeño traidor, te fuiste con tu tía Herms - le digo en broma y él sólo agita sus manitos.

- Parecen más relajados - nos dice Remus.

- Dormimos bien - le responde Harry antes de comenzar a comer.

- Sin contar que hoy no recibiremos regaños, sino ustedes Merodeadores - les respondo mirando a los tres con una sonrisa divertida - Les llegó la hora.

- Rayos... Ni siquiera tuve tiempo de hacer mi testamento - me dice Sirius.

- ¿Qué tanto sabrán? - nos pregunta James.

- Todo papá, desde el inicio - le responde Harry y mira a su abuela que está en el otro extremo desayunando y debió escuchar nada - Les gritara, pero creo que lo entenderá.

Los tres terminan sus platos en silencio. Cuando nos acomodamos en los sillones, es Lily quién me pide el libro.

- La profecía de la Profesora Trelawney.

- ¿Y lo qué decía se cumplía? - nos pregunta Sirius.

- Desaparecería el factor sorpresa si te respondo - le digo en cambio.

- Freddy, tu hija es una pequeña sabionda - me acusa.

- Sirius déjala en paz y espera a saber al igual que el resto - le responde él - Empieza Lily.

Me desperté, adolorida y con hambre, al parecer ya era de noche. Noté enseguida que ya traía puesto mi pijama, pero lo que me sorprendió más fue ver a Harry dormido sosteniendo mi mano. Le doleria todo por dormir así.

- Eso es un muy lindo detalle - le dice Molly.

- ¿Por qué te sorprendida verlo? - me pregunta Al.

- Pensé que se quedaría con el resto del equipo - le respondo.

- Como si fuera fácil alejar a Harry de ti - me dice en cambio Ron en broma.

- Si no lo sabremos nosotros - agregan los gemelos.

— Potter... — le dije, moviendo su brazo con mi mano libre — Harry...

— Hannah, ¿estás bien? ¿te duele algo? — me dijo sentándose más derecho y mirándome preocupado.

— Calma, te veías algo incómodo.

— Me quede dormido, ¿te duele algo? ¿Llamo a Pomfrey?

— Es tolerable el dolor, me despertó el hambre...

Sin decir nada, se levantó y se apresuró en salir, sin dejarme decir algo más. Solo pasaron cinco minutos, para verlo de regreso con una gran sonrisa.

La cama de al lado, aparecen dos bandejas llenas de comidas.

— Los elfos de la cocina son muy amables, les pedí comida para ambos — me explicó y se acercó a mí — Déjame que te ayude, no puedes hacer mucha fuerza hasta que tus costillas estén soldadas.