🦇 Capítulo: 8 (Tyler)🦇

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Esta semana ha sido un asco, de no ser porque he podido descargar mi furia con Steph y, bueno, con Sofía, mejor dicho, Sofea, como me gusta decirle para hacerla rabiar, habría terminado dándole una golpiza a alguien.
Mi madre quiere que pasemos la tarde juntos, ya que mañana es la boda de mi hermano y dice que debemos estar juntos y felices, ni que eso fuese posible.

Finalmente, después de más de dos horas logró convencerme de usar traje y corbata. A cambio, conseguí postergar al menos por 2 meses lo inevitable. Con solo pensarlo experimento un enfado increíble.

Alrededor de las 8 de la noche, llegó quién faltaba, ese hombre que dice ser mi padre, al que tanto detesto.

—Tyler, cariño, que bien que hayas venido —dice mientras trata de abrazarme.

—Ni te acerques —le advierto— No he venido por ti, sino por mi madre —siento mis puños cerrarse con fuerza, tengo que controlarme si no quiero que ocurra lo de la última vez— aléjate de mi —digo y la furia hacia ese hombre me ciega.

—Tranquilo Tyler, por favor, hazlo por mi —dice mi madre tomando mi rostro entre sus manos.

—No te preocupes mamá, no pienso hacer nada, no contigo aquí —trato de tranquilizarla, ella no tiene la culpa de nada, solo es una víctima.

Mi padre se dirige a su despacho y yo me dispongo a salir de esa casa, pero mi madre me detiene y me conduce a la terraza, donde han servido la cena para nosotros dos.

—Por favor, no permitas que tu ira hacia él te aleje de mí —traga saliva y me mira a los ojos—. Sabes que te quiero mucho mi niñito lindo— y me da un beso en la frente, que inmediatamente me relaja—. He ordenado que preparen tu comida preferida.

—Mmmmm, esto no me lo puedo perder —digo sonriéndole a la mujer por la que daría mi vida, la persona que más amo en este mundo, mi madre.

Cenamos tranquilos y después vemos una película, realmente la ve mamá, porque yo me he dormido.

A medianoche agarro mi moto y voy a la fraternidad, no sin antes recoger a Steph que me ha llamado más de 10 veces y me ha enviado 3 textos. Ya está comenzando a cansarme. Follamos y luego tomo una ducha y me acuesto a dormir.

(...)

Hoy me he despertado temprano, son las 9 de la mañana. Hablé con mi madre y me está esperando en casa de Claudio, su estilista. Al llegar va hecha un pincel, muy elegantemente vestida y perfectamente maquillada, como siempre.

—Cariño —dice abalanzándose sobre mí para abrazarme—. Gracias por venir.

—Me debes una, mamá —le digo mientras saludo a Claudio.

—Tyler necesito que te pruebes el pantalón y la camisa otra vez —mira a mi madre para que lo apoye.

Decido que no tengo otra opción, así que me cambio. Parezco un pingüino, esta ropa me queda fatal. Salgo del baño y mi madre nada más verme se queda con la boca abierta.

—Estás guapísimo mi niño —dice limpiándose una lagrimilla que corre por sus mejillas.

—Le haremos unos retoques para que te quede más comodo —dice Claudio mientras coloca alfileres por doquier.

—Si me pinchas con uno de esos te lo tragas —digo medio en broma medio en serio.

—Tyler —me regaña mi madre.

Tres horas después ya Claudio ha terminado de arreglar la ropa y tengo que llevar a mi madre hasta el salón donde la espera Cristina, la futura esposa de mi hermano, y su madre para arreglarse.

—Mi niño tienes que estar aquí dentro de una hora para arreglarte e ir con nosotras hasta el hotel donde será la ceremonia.

—Vale mamá —subo a su auto y me marcho.

Paso todo ese tiempo deambulando por la ciudad, hoy tendré que estar cerca de mi padre, mamá me ha pedido que no haga una locura y que me comporte, pero no sé si pueda, todo este asunto va a terminar por volverme loco. Y encima no me han permitido llevar a mis amigos. Solamente tengo que aguantar la ceremonia y luego podré irme.

(...)

Ya estoy nuevamente en el salón. Mi madre está impecable. Su vestido negro con pequeños cristales del mismo color resplandecen a la luz y su sencillo maquillaje la hacen lucir muy joven. Cristina va muy guapa, mi hermano tiene muy buen gusto, pues a pesar de tener unos casi cuarenta años está muy buena. Por su parte, su madre parece una albóndiga embutida en ese vestido naranja.

—Cariño, es hora de que te cambies —dice mi madre guiándome a un cuarto donde está mi ropa preparada.

—Como digas, mamá —digo antes de desaparecer por la puerta de la habitación.

Me pongo los elegantes pantalones negros que Claudio ha arreglado, la fina camisa negra y la corbata, el esmoquin lo dejo para después. Por último me pongo los carísimos zapatos que me ha regalado mi madre y estoy seguro eligió mi padre, son muy de su estilo. Luego mirándome al espejo me peino. Al salir todas se me quedan mirando boquiabierta y mi madre lloriqueando como una magdalena.

—Dejaros de lloriqueos y comentarios que quien se casa es mi hermano —dije burlándome de ellas, pero sobre todo de mamá.

—Cariño, pareces un galán de telenovelas —dice mi madre y me planta un beso en la mejilla derecha, cosa que me derrite.

—Venga ya —dije sonriente.

—Tyler, gracias, significa mucho para tu hermano y para mí que hagas esto —dijo Cristina agradecida.

—No hay de qué —contesté educadamente.

Cinco minutos más tarde llega la limusina negra que nos llevará a mi madre y a mí, seguida de otra blanca aún más grande muy decorada.

Tal como les dije en el capítulo anterior, en multimedia Douglas Booth como Tyler. Gracias a todos por leer y si les gusta no olviden votar y comentar. Los quiero muchísimo.
PD: Mañana podrán ver a Sofi.

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