🦇 Capítulo: 24 (Tyler) 🦇

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Para mí estar en esta casa es una tortura, me trae muy malos recuerdos. Trato de aparentar que estoy bien por Sofi, no quiero que se sienta mal por mi culpa. Cuando llegamos al salón ella lo mira todo curiosamente. Busco con la mirada a mi madre y cuando la encuentro viene junto a mi padre hasta nosotros, sonríe feliz, él arrogantemente.

Luego de saludarme con un abrazo y su típico discursito les presento a Sofi y ella los saluda educadamente. Tengo que controlarme para no partirle la cara a mi padre que la mira descaradamente, sin importarle que mi madre esté a su lado y que yo lo esté viendo. Se hace un silencio incómodo entre nosotros y decido ponerle fin, tomo a Sofi de la mano y la llevo a conocer la casa.

Caminamos sin rumbo, mostrándole cada pequeño espacio a Sofi y al pasar por el cuarto de mi hermana siento que todos los recuerdos se me agolpan en la garganta y salgo de ahí casi corriendo, por suerte Sofi no se percata. Ahora está muy entretenida mirándo las rosas del jardín, arranco una con cuidado de no pincharme y tras quitarle las espinas se la regalo y le doy un beso que hace que la calma regrese a mí.

Miro mi reloj y son las nueve de la noche, la cena estará servida en unos minutos y le digo a Sofi que es hora de regresar a dentro. Al parecer hoy todos está an en mi contra, mi asiento queda junto al de mi padre, Sofi a mi lado y frente a nosotros está la familia Montgomery, incluida Allison, un fantasma de mi pasado que no para de atormentarme.

Todos conversan animadamente y yo a cada segundo que pasa estoy más incómodo, Allison no para de sonreírme y  tocar mi pierna izquierda con la suya. Yo me renuevo en mi asiento y solo Sofi parece darse cuenta, ya que toma mi mano y yo se la aprieto. Los malditos fotógrafos toman muchas fotos de la cena y los flashes me van a volver loco. Tengo que salir de aquí cuanto antes.

No he probado la cena, Sofi tampoco ha comido mucho y hemos decidido marcharnos sin despedirnos de la multitud de invitados.

Aún es muy temprano para dejar a Sofi en su casa, quiero llevarla a mi guarida, la azotea del edificio en que viví de pequeño, allí donde olvido todos mis problemas. Cuando llegamos saco mi identificación y el ascensor se abre rápidamente, dentro hay una pareja de ancianos que nos miran expectantes y Sofi sonríe nerviosa, le he dicho que es una sorpresa. Al salir del ascensor ella palidece y sin darse cuenta se abraza, debe tener frío, por lo que le paso mi chaqueta para que se tape. Le explico a grandes rasgos por qué la he traído hasta aquí y nos sentamos en el banco que mandé a construir hace algún tiempo.

—Me dan miedo las alturas —me dice y me recuerda mucho a mi hermana, ella también le temía a las alturas, solo soportaba estar aquí conmigo.

—Conmigo no tienes que temerle a nada, siempre te protegeré —le hago la misma promesa que un día le hice a Emma, mi pequeña hermana.

Estamos muy cerca y nuestros labios se funden en un beso que va seguido de otro y otro más, mis manos se mueven solas y acarician sus piernas por encima del vestido hasta llegar a sus muslos, ella pega un brinquito producto de la sorpresa y yo le susurro que se tranquilice, soy incapaz de acostarme con ella aquí, soy un bestia pero con Sofi no, ella me hace querer hacer bien las cosas.

Mi móvil ha estado vibrando en el bolsillo de mi pantalón toda la noche, miro disimuladamente la pantalla y me sorprendo grandemente al ver quien me llama. Llevo a Sofi hasta su residencia y le doy un beso de despedida. Cuando llego a mi coche marco su número y me contesta al segundo tono.

—Hasta que al fin te digas a aparecer —me dice y siento un escalofrío al escuchar su voz.

—¿Qué quieres? —prefiero ir directo al grano.

—Hablar, pero no puede ser por aquí —contesta y creo saber cuales son sus intenciones.

—Te recojo dentro de quince minutos en la puerta de tu casa —le digo y tengo el presentimiento de que no es buena idea.

—Perfecto —dice y cuelga.

Me frustra mucho que siempre sea ella quien lleve la última palabra, desde hace unos años he cambiado, ahora soy yo quien decide cómo y cuándo se hacen las cosas, pero recordar todo lo vivido con ella me hace sentir mal. Hoy está siendo un pésimo día.

Allison aguarda fuera de su casa, cuando llego y entra rápidamente al coche.

—Llévame a tu casa —me dice sin apenas mirarme y yo decido obedecer, decirle que no sería por gusto, acabaría convenciéndome de todas formas.

—Hemos llegado— le digo cuando aparco mi coche en el garaje de la fraternidad.

—Así que era cierto que te has independizado de tu padre —comenta y yo pongo los ojos en blanco.

—¿Qué quieres Allison? —le pregunto y ella suelta un bufido.

—Prepárame una copa —dice ignorándome completamente y sentándose en una banqueta de la cocina.

Le preparo un poco de vodka con jugo de naranja y ella sonríe satisfecha.

—¿Me vas a decir a qué has venido? —ya me estoy alterando con tanto jueguecito.

—¿Quién es esa perra que llevaste hoy? —pregunta y se da un largo trago de su bebida.

—No es ninguna perra, es una amiga, Sofía —le digo y ella me mira con cara de asco.

—¿Acaso piensas que soy tonta? Vi como ambos se miraban y tú la tomabas de la mano para todas partes. ¿No me vas a decir que te gusta esa estúpida? —dice y se dirige a mí para besarme.

—Allison, déjate de tonterías y no hables así de ella, somos solo amigos —le contesto y dejo que me bese.

—¿Así como nosotros lo somos?¿Cuántas veces te has acostado con ella? —pregunta con una sonrisa perversa en su hermoso rostro de barbie.

—Nunca, solo nos hemos besado un par de veces, además, es virgen —le contesto y es que sus besos me están embriagando.

—Ahora lo entiendo todo, te conozco Tyler, sé lo que quieres de ella —suelta una carcajada— solo te acostarás con ella y la desecharás, como haces con todas las otras.

No me da tiempo a responderle, porque se lanza a mis brazos y comienza a besarme con ganas, desquiciándome y dejándome a su merced, para luego quitarse toda la ropa y hacer lo mismo con la mía. Tenemos sexo ahí mismo, sobre la isla de la cocina y apenas terminamos se viste y se va en un taxi.

Allison siempre ha sido mi talón de Aquiles, siempre ha sabido enredarme y hacer conmigo lo que quiere, lo que yo no esperaba es que eso fuera a cambiar muy pronto, ese papel lo ocuparía otra persona y a diferencia de ella, llenará mi vida de luz y no de oscuridad.

Hola!!!!! ¿Cómo están? Espero que muy bien. Si les gusta el capítulo no olviden votar y comentar.
Estoy súper feliz porque cada día la historia tiene más visitas y votos y eso me encanta.
Recuerden que los amooooo❤❤❤❤

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