🦄 Capítulo: 39 (Sofi) 🦄

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Me quedo sin palabras ante todas las revelaciones que me ha hecho Tyler, puedo ver el dolor a través de sus pupilas y siento una punzada en el pecho cuando lo veo llorar sin consuelo. Trato de tranquilizarlo en disímiles ocasiones sin éxito alguno y empiezo a preocuparme de verdad cuando comienza a golpear la pared con sus manos, provocando que la sangre empiece a salir de sus nudillos y no dudo que se rompa algún dedo.

—Por favor, tranquilízate —le grito llorando yo también, y es que no puedo evitar que me duela verlo en ese estado, y sobre todo, después de lo que hicimos en la playa.

—Es que no puedo. ¿Acaso no te das cuenta del odio que siento hacia mi padre y no puedo hacer nada? —me grita y cuando me acerco a él me empuja con tanta fuerza que caigo al suelo—. Perdona, no quería hacer eso  —dice acercándose a mí pero esta vez soy yo la que lo aparto.

Me duele en el alma que me haya tratado así cuando solo he querido ayudarlo. Corro hasta el baño y paso el pestillo para que no pueda entrar. Me siento en el suelo y lloro desconsoladamente. Ni siquiera puedo creer que me haya empujado, me ha dañado y no solo físicamente, sino me ha dañado el corazón.

Reviso en la encimera tratando de encontrar un botiquín para curar el arañazo que me he hecho en el codo y los pelados de las manos cuando siento como golpea la puerta con sus puños para pedirme que le abra.

Lo ignoro totalmente y como no encuentro alcohol lavo las heridas con agua y jabón y luego las tapo con unas curitas y unas vendas que he encontrado.

—Sofi, por favor, perdóname —grita a través de la puerta y como no contesto le propina un fuerte golpe y esta cae al suelo, provocando que yo casi muera del susto, observando como se dirige hacia mí lentamente, como analizando mi reacción.

Cuando lo tengo lo suficientemente cerca lo abrazo en un acto de debilidad y luego le pego una cachetada fuerte, tanto que la mano me arde. Él solo me mira con los ojos llenos de lágrimas y luego me atrae hasta su pecho, para abrazarme hasta dejarme sin aliento.

—Lo siento muchísimo nena, sabes que no quice hacerte daño —me dice en apenas un susurro y yo le doy un beso en los labios, cosa que necesitaba hace demasiado tiempo.

—El hecho de que quiera besarte no te dice que ya te he perdonado, tendrás que ganártelo si es que realmente quieres seguir siendo mi novio —le digo y siento unas ganas de vomitar terribles.

Doy dos pasos hasta el váter y subo la tapa, para vomitar por varios minutos y sentarme en el suelo a recuperarme. Todo ese tiempo Tyler aguantó mi pelo igual que hizo la noche en que estuve borracha. Luego me ayuda a ponerme de pie y sale del baño para traerme un vaso con agua.

—¿Te encuentras mejor? —me pregunta y la preocupación se refleja en su rostro.

—Si, no te preocupes, la cena debió caerme mal después de tantas emociones fuertes.

Camino despacio hasta la cama y me pongo el pijama de Bob Esponja que he traído. Me acuesto y él hace lo mismo.

—Te amo muchísimo. Espero puedas perdonarme. Buenas noches —dice en voz baja y apaga la luz. Yo me limito a darle un beso y me dispongo a dormir, tengo muchísimas cosas que consultar con la almohada.

(...)

—Buenos días amor —me dice Tyler sonriente apenas abro los ojos— te ve preparado el desayuno —yo lo miro confusa y él sonríe—. Vale, me has pillado. He ordenado que lo traigan y aquí están todas las cosas que te gustan.

Me pasa una enorme mesita que coloca sobre mis muslos que contiene todo tipo de cosas, desde un pequeño jarrón con rosas rojas, hasta cruasanes, churros con chocolate, huevos en todas las variedades, tostadas con jamón, queso, mantequilla y mermeladas de por lo menos seis sabores diferentes, y por supuesto, no podían faltar la leche y el jugo de naranja.

Trato de probarlo todo pero se me hace imposible no dejar comida, ya que era demasiada y él no se ha inmutado a ayudarme a comer.

Cuando termino, estoy bastante contenta y he olvidado casi por completo lo del empujón de anoche, aunque no se me ha borrado de la mente todas esas cosas horribles que me contó sobre su padre y su hermana. Lo único que no entiendo es por qué no lo denunció, así que a pesas de saber que no reaccionará muy bien decido preguntarle.

—¿Por qué no lo denunciaste? —le pregunto y él entorna los ojos.

—Por mi madre, está muy enferma del corazón y si se entera podría morir, no quiero arriesgarme Sofi. Tú y ella son lo único que tengo, con mi hermano Terry ni siquiera me llevo bien y a mi padre lo odio con todas mis fuerzas. No quiero perderla a ella también —me dice angustiado y entonces lo entiendo todo—. Mi padre es de la peor calaña, engaña a mamá todo el tiempo con mujeres mucho más jóvenes que ella, Allison, su secretaria, la señora Scott —¿Qué? ¿La profesora de economía?— Solo está con mi madre por su dinero, ella es la verdadera dueña de las empresas y él no es nadie, ni siquiera socio. Un día escuché como le decía a su secretaria que estaba ansioso porque mi madre muriera para heredar todo su imperio —no puedo escuchar más, cada segundo que pasa odio más a Nicholas y sé que Tyler también.

—Te amo —le digo para cambiar el tema y funciona correctamente, porme me mira socarrón y yo me derrito.

—Te amo señorita Sofía Lawrence —dice antes de abalanzarse sobre mí para besarme.

(...)

Por fin ha terminado el homenaje y Tyler está demasiado afectado, no levanta la mirada del suelo y yo no puedo evitar estar triste por él, no sé que hacer para que se sienta mejor.

Caminamos en silencio por el hotel hasta llegar a la salida, entramos al auto y en esta ocasión soy yo quién conduzco. Enciendo el GPS y pongo la ubicación que ha dicho el señor Sebas que es el mejor sitio para hacer lo que queremos.

Conduzco con cuidado hasta llegar a un lugar hermoso, con la arena muy blanca y desde aquí puedo observar el vaivén de las olas.

—Tendrás que enseñarme a nadar —le digo y él fuerza una sonrisa, que al instante se transforma en una verdadera.

—Estoy deseando hacerlo —me contesta y yo lo miro coquetamente.

Salimos del coche y yo me encuentro en un bañador negro completo con la espalda al descubierto. Caminamos lentamente por la arena y al llegar al agua siento un miedo terrible apoderarse de mí, está fría pero ese no es el motivo, sino el trauma que me acecha desde pequeña.

—Tranquila, recuerda la promesa que te he hecho, nada malo te va a pasar mientras estés conmigo —me dice y termina por convencerme completamente.

Lo sigo y a medida que avanza la tarde me siento más cómoda en el agua, aunque a decir verdad salí gritando asustadísima unas tres veces cuando sentí el agua a la altura de mi ombligo, pero gracias a Tyler y a la increíble paciencia que tiene estoy logrando vencer mi miedo.

—Está anocheciendo, creo que deberíamos volver —yo asiento satisfecha, la verdad es que he tenido suficiente agua salada de por vida, aunque ahora sé que podré regresar a la playa sin quedarme sin respiración nada más tocar la arena con la punta de mis pies.

Cuando llegamos al hotel me doy un buen baño en la tina, con sales hidratantes incluidas y Tyler se ríe a mi lado mientras me pongo la mascarilla que han dejado de cortesía los encargados del Spa en la suite.

Una vez termino, salgo para vestirme y dejo a mi novio terminando de bañarse. Vislumbro mi móvil en la mesita de la entrada y cuando lo cojo veo que tengo tres mensajes de Ella y una llamada de mi madre. Decido abrir primeramente los mensajes y un grito lleno de dolor sale por mi garganta al ver el video que contiene uno de ellos.

Hola amores!!!! ¿Qué tal su día? Espero que bien y que puedan disfrutar de este capítulo,  si les gusta, no olviden dejarme un voto y comentario para poder saberlo. No olviden que los amo muchísimo.

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