🦇 Capítulo: 40 (Tyler) 🦇

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—Perdona, no quería hacer eso —le digo en cuanto caigo en la cuenta del error tan grave que he cometido y me quedo paralizado cuando la veo correr a toda velocidad hasta el baño para cerrar la puerta una vez dentro.

Me siento realmente mal por haberla empujado, he visto cómo apareció en sus ojos un destello de miedo que ha terminado por romperme. No quiero ni imaginar cómo me sentiría si ella me abandona, la quiero con la vida y no me perdonaría jamás si por mi culpa termina lastimada.

Camino lentamente hasta el baño y la llamo en reiteradas ocasiones, pero no obtengo respuesta por su parte y a través de la puerta la escucho llorar. Sin pensarlo dos veces le pego una patada para abrirla y esta cae al suelo, Sofi me mira atónita desde su posición y me siento morir por tercera vez en mi vida cuando veo sus ojos hinchados de tanto llorar y sus manos y rodillas peladas por el golpe que se dio al caer. Me acerco hasta ella y me quedo realmente sorprendido cuando me abraza, lo que produce que yo suelte un suspiro de alivio.

Le pido disculpas otras cien veces hasta que ella me besa, haciéndome saber que a pesar de todo, me quiere muchísimo.

(...)

Esta mañana me despierto temprano y llamo a atención al cliente para pedir que traigan un delicioso desayuno para mi hermosa novia, que duerme a pierna suelta en la cama, con el pelo enmarañado y la boca entreabierta, lo que me da un poco de gracia, pero a la vez, la deseo y tengo ganas de hacerla mía nuevamente.

Cuando traen el desayuno la despierto y ella engulle casi todo con ganas, como si tuviese mucha hambre. Después de desayunar nos bañamos juntos para arreglarnos e irnos para el homenaje.

Llegamos a la suite Emma —llamada así en honor a mi hermana— y Sofi lo mira todo curiosa, como queriendo descubrir la historia del sitio en que nos encontramos. Hay varias personas, trabajadores del hotel y amigos de la familia a los que saludo solo por educación, y ellos me miran con lástima. Lo que más me duele en este momento es que entre todas esas personas no se encuentren mis padres ni mi hermano.

Estar en esta habitación me transporta momentáneamente al pasado y puedo sentir la tibia sangre de mi hermana en mis manos y su fría piel, con los ojos cerrados y la almohada mojada probablemente por las lágrimas que derramó antes de ponerle fin a su vida.

Cuando abro los ojos que involuntariamente había cerrado, inspecciono el lugar y puedo ver que no ha cambiado mucho, solo la ropa de cama es diferente, las sábanas que antes eran blancas ahora son de unicornios, como las que tenía ella en su habitación, a juego con las cortinas. Sobre la cama hay un peluche con el que siempre viajaba y en la pared, un cuadro gigante con una foto suya, donde se puede admirar la belleza de la que era portadora.

—¿Te encuentras bien? —me pregunta Sofi sacándome de mi ensimismamiento.

—Perfectamente, solo estaba pensando —le contesto y ella asiente con la cabeza.

Unos minutos después, todos los presentes encendemos las velas rosadas que tanto le gustaban a Emma y mi tío prende los inciensos preferidos de ella. Luego yo pronuncio un breve discurso de agradecimiento a todos los presentes y digo algunas palabras para que ella las escuche esté donde esté. En un instante dirijo la vista hacia mi novia y puedo ver como se limpia las lágrimas que se le han escapado con la mano izquierda.

Después que todos se van, enciendo una vela más grande que el resto y diferente también, tiene forma de rosa y era la que ella tenía de adorno en su cuarto y que yo me llevé de recuerdo a la fraternidad cuando abandoné la casa de mis padres. Sofi me observa desde el marco de la puerta y cuando he terminado de despedirme de mi hermana salgo a su encuentro.

(...)

Llegamos a la playa y el mar está tranquilo, he dejado que Sofi conduzca porque no me sentía bien anímicamente para hacerlo yo pero sí que quiero hacer esto, la enseñaré a nadar.

Observo con mucha atención cada detalle de su cuerpo mientras se saca el vestido para quedar solamente en bañador y yo me relamo los labios comiéndomela con la mirada.

Entramos al agua fría juntos y en más de una ocasión tuve que correr detrás suyo para que volviera al mar, pero después de varios intentos finalmente se tranquilizó y puede ayudarla, aunque sea un poco. Ya puede soportar tener el agua por la cintura.

(...)

—No —escucho gritar a Sofi y salgo rápido del baño mojando todo el suelo. Cojo una toalla del estante y me la envuelvo en la cintura, para no andar completamente desnudo.

Me quedo petrificado cuando la veo sentada en el piso del recibidor llorando como si no hubiese un mañana.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras así? —le pregunto acercándome a ella. Cuando estoy lo suficientemente cerca ella me mira con rabia y luego siento su mano contra mi cachete, me ha pegado pero ni siquiera me he enterado. Estoy demasiado confuso cómo para preocuparme por eso.

—¡Vete a la mierda! —me grita nuevamente y me lanza su móvil, que yo atrapo en el aire.

Mis ojos se centran en la pantalla y pulso el play del video que está pausado.

Nos veo a Steph y a mí basándonos, en la esquina superior de la pantalla se puede ver la fecha del día en que ocurrió todo, para ese entonces ya estaba con Sofi. Me doy cuenta entonces de que me tendieron una trampa.

Esa noche, cuando llegué a casa Steph me provocó y yo cedí. El video termina unos segundos después, quedando Steph encima mío tumbados en la cama.

—No es lo que piensas —le digo y sé que he metido la pata hasta el fondo—. Esscúchame por favor, todo tiene una explicación.

—Ahórrate tus explicaciones, no me interesan —me dice limpiándose las lágrimas y dirigiéndose hasta su maleta que estaba en el interior del clóset.

—Sofi, tienes que escucharme. No todo es como parece —le digo pero ella niega con la cabeza—. Por favor, te debo una explicación.

—Ya no, lo nuestro ha terminado Tyler — cuando la escucho decir eso siento que me rompo en mil pedazos, no aguanto la presión que siento en el pecho y por más que me esfuerce las lágrimas resbalan por mis mejillas.

—Sofi, no me hagas esto, te lo ruego. Estás dejándome roto —le digo en apenas un susurro.

—¿Y crees que a mi no me duele hacerlo? Te di mi confianza Tyler, y tú a cambio me traicionas —me grita desesperada.

—Déjame explicarte, no es cierto eso que viste —le respondo del mismo modo.

—¿Acaso me dirás que es un montaje? Por favor, no soy tan ilusa —dice terminando de hacer su maleta.

—Sofi, no estoy diciendo eso —Niego con la cabeza tratando de buscar las palabras correctas—. Ese día cuando llegué a mi habitación Steph estaba allí desnuda, me besó y por un instante me dejé llevar, pero luego reaccioné y la eché de la habitación —suelto finalmente— te estoy siendo sincero.

—Pues no te creo, simplemente no puedo confiar en ti —me contesta limpiando sus lágrimas antes de salir de la habitación y dejarme sumido en el dolor de su abandono.

Nuevo capítulo dedicado a todos los que leen esta historia, todos y cada uno de ustedes forman parte de mi corazón. Los amo❤❤❤❤☺

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