🦇 Capítulo: 10 (Tyler) 🦇

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El viaje hasta el hotel ha sido una mierda, mi madre se ha empeñado en recoger a mi padre, quien no para de decir tonterías, lo que consigue enfadarme aún más si es que eso fuese posible. Solo piensa en cuantos millones tiene Cristina y que buen partido ha encontrado mi hermano, ese si es su hijo, el bueno, el abogado prestigioso, uno de los hombres más influyentes del país, bla, bla, bla. Contra Terry, mi hermano, no tengo nada, es buena persona, solo que a veces se contagia con el estúpido de mi padre, y ojalá no se convierta en un ser tan asqueroso como él.

Con estos pensamientos llegamos al hotel, bajo del coche y enciendo un cigarrillo, mamá me mira con cara de pocos amigos, no le gusta que fume, pero en este momento sabe que es mejor no decirme nada, no si no quiere que explote y convierta todo este paripé de familia feliz en un desastre. Termino de fumar y me adentro en el salón. Camino un rato sin destino final, hasta que mi madre me encuentra.

-Cariño, ya casi llega Cristina, tu hermano está nervioso- comenta.

-¿Y qué quieres que yo haga?- pregunto irritado.

-Nada, Tyler, no quiero que hagas nada.- responde fulminándome con los ojos.

-Perdona mamá.- le digo y su expresión se suaviza al instante-¿Quieres que nos sentemos?

-Por favor-dice con una sonrisa.

Nuestros puestos están en la mesa familiar, mi silla queda justo al lado de una chica rubia que está muy buena, aunque desde aquí no puedo verle la cara. Avanzamos entre la multitud de invitados y camareros hasta llegar a nuestro destino.

No me lo puedo creer, la rubia de mi lado no es otra que Sofía, se ve muy diferente, pero muy muy linda. Ella también se asombra al verme, lo sé porque se me ha quedado mirando con la barbilla desencajada, de esa forma tan inocente que me enciende.

-Wow, pero si tenemos a Sofea con nosotros- le digo con una sonrisa en el rostro, aunque no puedo evitar sonar asombrado.

Me ignora, como lleva haciendo toda la semana, por más que la moleste, no se digna a mirarme, y si lo hace, es con ese aire de suficiencia que demuestra que solo es una niña de mamá y papá, todo lo opuesto de su hermana.

-¿Ya has terminado?- decido preguntarle, pues sus cuchicheos con Adriana la han delatado.

-¿Qué?- se hace la desentendida.

-¿Ya has terminado de averiguar sobre mí?-la miro a los ojos y se ruboriza.
-No estaba averiguando nada sobre ti- miente.

Justo cuando me disponía a decirle algo ingenioso empieza la cancioncita esa que anuncia que la novia está en camino al altar, donde el estúpido de mi hermano la espera. Sinceramente, no entiendo eso del matrimonio, me parece la mayor tontería del mundo. ¿Por qué practicar la monogamia cuando puedes follar con la chica que quieras?

Finalmente todo ese circo ha terminado, aunque yo no le presté atención, mis ojos no podían apartarse de Sofi, quien me mantenía la mirada durante algunos segundos. No sé lo que me pasa con ella, pero siempre que le tengo cerca me invaden unos deseos infernales de hacerla mía.

-¿Qué tal te va?- le pregunto en voz baja cerca de su oído y me percato de su delicioso aroma, lo que produce que se nos erice la piel a ambos.

- Muy bien, todo es fantástico- murmura roja como tomate.

Antes de que pudiera contestarle, llega la entrometida de Adriana y se la lleva a bailar junto con otros dos pijos que no paran de babear por ellas. Me dedico a observarlos desde mi lugar, siento una punzada en el estómago cuando veo que uno de ellos le pone una mano a Sofi sobre las nalgas y ella se revuelve en su sitio, intenta safarce pero él la sujeta con más fuerza y le planta un beso en la boca. Me invade una furia que no soy capaz de controlar.
Salgo al vuelo y le pego un puñetazo a ese cretino que no le quedarán ganas de besar a otra chica a la fuerza, Sofi me mira estupefacta, tengo que sacarla de aquí. La llevo casi a rastras hasta la mesa para recoger su bolso y despedirme de mi madre. No pasan cinco minutos que estamos fuera del hotel y entramos en un taxi. Sofi no ha dicho nada, está asustada, le tiembla el labio inferior.

-¿Te encuentras bien?- le pregunto y tomo su rostro entre mis manos, tiene la piel muy suave, y sus carnosos labios me llaman.

Responde que sí con la cabeza, pero se deshace en lágrimas y verla así me parte el alma.

-¿Qué te ocurre Sofi? Puedes confiar en mí- digo preocupado por ella, me pone enfermo verla así.

-Solo, estoy impactada, siempre me ocurre, no puedo presenciar violencia- me dijo casi sin aliento, intentando calmar su llanto.

No pude contenerme y la agarré entre mis brazos, la abracé con fuerza, como si ese gesto pudiese calmarla. No sé cuánto tiempo permanecemos así. La suelto y me aparto, esperando su reacción.

-¿Por qué lo has hecho?- me pregunta desconcertada.

-¿El qué?- evito su mirada, no sé que me ocurre.

-Todo, desde que he llegado me tratas mal, hace menos de una semana que te conozco y ya me estás haciendo la vida imposible, pero hoy, me has salvado de ese idiota, y ahora me has abrazado con mucha ternura, simplemente no lo entiendo.- me reprocha.

Justo en ese momento el taxi se detuvo, hemos llegado al parque. Bajamos del auto y le pago al taxista.

Sofi permanece en silencio, observándolo todo, como si esperara que dijese algo, y entonces me di cuenta de que le debo una explicación, algo que no puedo darle porque no entiendo nada de lo que está pasando en mi interior.

-¿De verdad te sientes así?- decido romper el silencio.

-¿Así cómo?- se está haciendo la tonta.

-Antes, en el taxi, dijiste cosas que me hacen sentir una basura.- me está costando mucho contenerme.

-No lo he dicho para que te sientas mal, solo lo dije porque necesitaba desahogarme.- contesta y ya no soy consiente de mis actos.

Me coloco frente a ella, tan cerca que nuestras narices rozan. Sus labios me llaman y acudo a ellos con necesidad, en un ardiente beso que hace mi sangre hervir. Ella está tan entregada como yo, por sus labios escapa un gemido, y ruego a Dios tener fuerza suficiente para no arrancarle la ropa ahí mismo y hacerla mía.

Hola!!!!! Quiero dar gracias a todos los que están leyendo la historia, los que la han añadido a su lista de lecturas, los que votan y los que comentan. Les estoy infinitamente agradecida.
Quiero pedirles un favor. Si les gusta la historia recomiéndecela a sus amigos y familiares, así me ayudarán a cumplir mi sueño.
Los quiero muchísimo y recuerden, si les gusta voten para yo saber que lo que estoy haciendo no es en vano.
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