CAPÍTULO 4

6.4K 677 345
                                    

— ... y la abuela dice que podemos hacer una parrillada — dije mientras subía las escaleras plegables que bajaban desde la abertura en el techo de mi cuarto.

— Comer animales está mal — gruñó Asher mientras me seguía por detrás.

Llegué al pequeño cuarto secreto que mi padre había construido para mí, aquel era mi escondite cuando máma y él peleaban en las noches que nos quedamos en casa de la abuela, no podía escuchar nada desde aquí.

— Será una parrillada vegana, tranquilo — digo con una sonrisa dejándome caer en la suave colchoneta que había en el suelo.

Con el paso de los años había ido agregando cosas al lugar como pequeñas luces neón en forma de piñas que colgaban en hileras sobre el techo, una colchoneta con almohadas, un baúl con dulces y bocinas para conectar mi música.

Asher camino a mi lado encorvado, había crecido demasiado durante el último verano y ahora apenas podía llegarle a los hombros. Era injusto que él siempre era quien crecía mientras yo me quedaba donde mismo.

Sus ojos azules se clavaron sobre los míos mientras tomaba asiento frente a mi poniendo mis piernas sobre sus muslos.

Últimamente había estado comportándose un poco extraño, pero no en mala manera solo que ahora le gustaba más tocarme y no solo tomarme la mano como solía hacer antes.

Sabía que era normal, me lo habían dicho las chicas en mi escuela que estaban a punto de pasar a preparatoria; ellas decían que los chicos comenzaban a volverse locos por nosotras, a querer tenernos cerca y besarnos.

Aunque Asher jamás me había besado en la boca como ellas lo hacían con su novios.

— Ya tengo tu regalo — dijo con una sonrisa encantadora mientras comenzaba a jugar con un hilo suelto de mi pantalón de mezclilla — pero es una sorpresa —

— Ya sabía que no me ibas a decir — digo antes de sacar la lengua en un gesto grosero como si fuera una niña pequeña mientras posaba mis ojos sobre él.

Siempre había sido lindo, lo supe desde el momento en que lo conocí pero jamás imaginé que durante el paso de los años se pondría mejor.

Ya no parecía tan pequeño, su voz comenzaba a hacerse más profunda, el hueso de la mandíbula comenzaba a marcarse más igual que su manzana de Adán ahora era el tipo de chico en el que comenzaban a fijarse todas las niñas, incluso las mayores y eso me molestaba.

Creo que ahora era guapo... sí, ahora era un chico guapo mientras yo seguía siendo una niña.

— No quiero que ese tal Zac venga — dijo con seriedad — me cae mal y no me gusta como te mira —

— ¿Cómo me mira? — pregunte con el ceño fruncido.

— Si, te mira como si fueras la cosa más hermosa del mundo — dijo rodando los ojos, parecía irritado.

Sentí una punzada de dolor en el pecho ante su comentario.

— ¿No crees que soy bonita? — pregunte con la voz entrecortada.

Sabía que los niños preferían a las chicas con bustos grandes que ya no parecieran una niña pero jamás vi a Asher como parte de todos los otros niños; él siempre era diferente.

— Sí, claro — respondió con el ceño fruncido mientras me miraba.

— ¿Entonces por qué te molesta que el me mire como si fuera la cosa más hermosa del mundo?

RAMÉ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora