CAPÍTULO 41

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— ¿Segura que estás bien? — preguntó Ezra divertido mientras acomodaba la manta sobre mi cuello para tapar a Nathaniel a quien amamantaba.

— Ya te dije que sí. — respondí, lo había dicho cuatro veces ya y solo quería aclararle que su sonrisa solo me irritaba más.

Tal vez había actuado un poco celosa minutos atrás cuando Amanda, la sexi morena de caderas anchas con la que había salido meses atrás se tomó la molestia de saludarlo. Pero vamos, solo tenía que verla meneando las caderas por el mercado frente al lago para sentirme mal por mi cuerpo; era otra desde el embarazo.

— Amor, ¿sabes que eres la mujer más sexi de todo el mundo? — preguntó Ezra mientras besaba mi mejilla con cariño robándome una sonrisa — No debes de ponerte celosa, es malo para el alma. —

— Estoy segura que si tu vieras a otro de los chicos con los que salía estarías igual — respondí rodando los ojos, hace tanto que no pronunciaba su nombre que me resultaba asombroso la indiferencia que sentía ahora —, lo odiarías. —

— Tu solo has salido conmigo. — negó riendo.

— Pues no creo que este bebé sea obra del espíritu santo. — bromeé.

— ¡Ah! Hablas de él. — dijo con una sonrisa, parecía que hablaba de una persona cualquiera —Claro que no. —

— ¿No? — pregunté confundida.

— No lo odiaría. — dijo con una sonrisa boba.

— ¿Por qué no?

— Creo que lo que hizo contigo fue fatal y demasiado cruel, pero de cierta forma estoy agradecido con él.

— ¿Qué? — pregunté confundida.

— Bueno es que no podría odiarlo, gracias a todos los errores que cometió contigo te orillo a venir a esta ciudad y trabajar en ese bar de la esquina a diez minutos de la estación de bomberos. — dijo mientras me miraba, de la manera en la que solo él sabía hacer; como si no hubiera  algo mejor en el mundo que yo — Me dio a la novia más hermosa del mundo y a mi pequeño tesoro. — susurró mientras posaba una mano sobre el cuerpo cubierto de Nathy.

— Siempre tienes una respuesta linda para todo, ¿no? — pregunté rodando los ojos antes de darle un dulce beso.

— Casi siempre. — asintió riendo antes de devolverme el beso — Te amo. —

— Te amo. — respondí antes de sonreír sonrojada mientras él seguía susurrándome al oído lo hermosa que me veía aquel día y lo dulce que lucía con las mejillas encendidas al rojo vivo.


— Sí, creo que de verdad está muerto. — dije en dirección a George quien caminaba a mi lado con la vista pegada en su celular.

Debí de haberme dado cuenta que mi celular se había quedado desbloqueado dentro de mi bolsa, así al menos ahora tendría batería para contarle a Asher las buenas noticias; que había ganado el juicio justo como él había dicho en la mañana.

¿Qué estaría haciendo Nathy?

Solo podía rezar para que todos en esa casa siguieran ilusionados con él después de estar todo un día a su lado, sabía lo difícil que podía ser para un extraño cuidar a Nathaniel quien a pesar de ser muy educado siempre quería andar jugando de aquí a allá.

— Jade, querida. — la voz del hombre que consideraba mi tío me sacó de mis pensamientos en donde mi bebé arrazaba con los Faith como si fuera un monstruo gigante.

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