CAPÍTULO 59

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—  No podemos casarnos si solo tenemos ocho años Jade

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—  No podemos casarnos si solo tenemos ocho años Jade. — gruñó Asher mientras arreglaba su moño de papel.

— Es un juego. — respondí rodando los ojos antes de verme una última vez en el espejo.

— Para mi no es un juego, — dijo molesto mientras apretaba más los ojos, Celia decía que no se podía ver a la novia hasta la hora de la boda — si me voy a casar contigo quiero que sea en serio y para toda la vida.

— Entonces esto es enserio y nadie puede decidir si nos podemos casar o no. — respondí antes de tomarlo de sus manos.

— Ya puedes abrir los ojos, señorito Asher. — dijo Sandra, una de las sirvientas que trabajaba en la casa de la abuela y había accedido a casarnos.

— Te ves muy hermosa. — susurró Asher apenas abrió los ojos, mirando el vestido blanco que usaría para la fiesta de navidad de su familia en unos días.

— Tu también te ves muy hermoso. — respondí haciendo que sus mejillas se sonrojaran.

— Estamos hoy aquí reunidos para celebrar la unión entre el señorito Faith y la señorita Johnson. — anunció Sandra en dirección a la fila de muñecos que había acomodado como los invitados — Digan sus votos, primero Asher.

— Jade, prometo jugar contigo por el resto de mi vida y darte todos los dulces de color rosa que encuentre en el paquete.— dijo Asher con una sonrisa de oreja a oreja — Jamás te dejare sola, te cuidare cuando tengas miedo, te daré zanahorias para los muñecos de nieve y la mitad de mi chocolate hasta que la muerte nos separe o mi mamá venga por mí para ir a cenar.

— Perfecto, ahora es su turno señorita Jade.

— Asher juro estar a tu lado para amarrar tus agujetas, escucharte leer esos libros aburridos que tomas de la librería de tu abuelo y salvar a todos los animales del mundo para que no sean comidos. — dije divertida mientras sentía como sus manos comenzaban a sudar de los nervios, eso se supone que era bueno porque me quería y por eso se ponía nervioso... O tal vez quería hacer pipí — Hasta que tu madre venga por ti.

— ¡Y por el poder que me concede la varita mágica de la señorita Jade los declaro marido y mujer! — exclamó Sandra con una sonrisa antes de comenzar a reír — Ya son esposos.

Sin pensarlo demasiado me acerque a Asher y le plante un beso en los labios justo como en las películas.

— ¡Jade! — exclamó Sandra sorprendida.

— ¿Qué? — pregunte encogiéndome de hombros mientras veía a Asher, su rostro se había pintado de rojo carmín y sus ojos estaban abiertos por la sorpresa de mi atrevimiento — Ahora solo falta que me ponga dos enormes globos en el pecho y seremos perfectos.

— Y que yo grite todo el día porque la empresa es una mierda — respondió Asher divertido — ¿Y ahora qué hacemos?

— Pelear, mis papás hacían eso — dije con el ceño fruncido, en realidad apenas me acordaba de ellos y las cosas que hacían.

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